lunes, 26 de septiembre de 2016

Ideia zabaldu


Densa e intensa como la de Kortatu, la carrera del grupo surgido de sus cenizas, Negu Gorriak, fue igual de conflictiva y comprometida en lo político y prolífica y creativa en lo artístico que la de los autores de Kolpez kolpe. Nacido a la sombra del exuberante y mayestático doble elepé Borreroak baditu milaka aurpegi, una de las obras maestras del rock vasco, Ideia zabaldu (1995) puede no llegar a la altura de su predecesor en estudio pero demuestra que el quinteto guipuzcoano gozó de una espléndida salud hasta el final de sus días. La emoción y la energía del disco son las habituales de la banda, y la amplia paleta estilística que abarca no hace que se difuminen. Parece difícil, a priori —¡cuántos prejuicios ha echado por tierra la práctica musical!—, que el funk metal y el rap casen con la salsa hasta que uno escucha cómo se yuxtaponen Hitz egin e Ipurbegia, y cómo, en la segunda, contrastan positivamente los vientos y las percusiones de la estrofa con la electricidad furibunda del estribillo. Tampoco desentonan yendo uno detrás de otra el rock de aires grunge de Bakartia Hondarribian (mención a Neil Young incluida) con la brevedad hardcore de Ideien kontrabandoa, o la miniatura instrumental y funk que es Aiako txikito con la coreografía hard de la guerrila  urbana que cierra la primera cara, Hiri gerrilaren dantza.

La segunda parte de Ideia zabaldu contiene similares heterodoxias. Cojamos el pop de Aizu, el funk metal de Salam, agur (irrintzi de regalo en su interior), el reggae de Ume hilak (con miembros de Mano Negra, Manu Chao entre ellos, colaborando) y el asalto high energy para criticar a Oliver North, Oliver Iparra, fascista de tomo y lomo que en primera persona nos hace saber de su "amplio programa de torturas y asesinatos": los cuatro temas se suceden sin contradicción, llenos de vida y fuerza reivindicativa independientemente del género al que se adscriban. No alteran éstos la capacidad provocativa de unos textos llevados al límite por Fermin Muguruza, que olerán a podrido para quien no comulgue con ellos y fortalecerán las convicciones del que —abertzale y de izquierdas principalmente— esté en la onda del socialismo independentista vasco. Los cortes no citados y una variedad de samples completan el elepé, cincelado por las espléndidas guitarras de Kaki Arkarazo y el otro Muguruza, Iñigo, y la poderosa base rítmica formada por Mikel Anestesia y Mikel Bap!, toda una bomba de relojería que se despediría al año siguiente con un disco de versiones de artistas tan aparentemente disímiles como Otis Redding, Minor Threat o The Who, pero que explican esa diversidad que hemos venido comentado. La de un grupo que arriesgó sin miedo, que no se cayó la boca y que no realizó un solo trabajo que bajara del notable. Por mucho que se pueda defender o detestar la causa de Negu Gorriak, la calidad del que hoy ha pasado por aquí es difícil de discutir.

4 comentarios:

  1. sin entrar en valoraciones politicas que en el caso de Negu es complicado lo cierto es que musicalmente estaban y todavía estan en un plano superior al 99% de lo que suena y sonara en la piel de toro . Sensacionales

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  2. Soy seguidor del primer Kortatu que grabó en el 85 para el sello Soñua. Me pareció acertada y muy oportuna la visión reivindicativa y skatalítica que hicieron de la realidad política de aquel momento. He seguido la trayectoria de Negu Gorriak desde muy lejos, quizás atraído por su propuesta estilística (rap, hip-hop, dub, dance..., electrónica). Me imagino que seguirán siendo la banda de referencia de todas las herriko tabernas de Euskadi.
    Abrazos,
    JdG

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  3. Los Negu son leyenda en Euskadi, yo siempre preferí a kortatu pero éste y el precedente son discos excepcionales, eclécticos y osados en todos los contextos, alguna canción, principalmente de Borreroak... son parte de mi juventud en no pocos aspectos, un gran disco y una banda de referencia poco conocida fuera de Euskadi.
    Abrazos.

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  4. Un grupo único, Bernardo, tienes razón. La verdad es que políticamente fue una banda muy controvertida, pero iba en su naturaleza.

    En las herriko tabernas no creo que hayan dejado de sonar ni Kortatu ni Negu Gorriak ni Fermin Muguruza en solitario. No solo ahí, Javier, en la caseta de IU y el PCE —ahora ya no hay— de las fiestas de San Isidro en Carabanchel siempre ha sonado Kortatu, por ejemplo.

    Corroboro esa leyenda, Addi. Yo estuve en el Azken Gudaria Dantza de Kortatu en Iruñea, su último recital, pero NG me gusta aún más. Un discazo, claro.

    Abrazos.

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