Ella apareció
cuando nadie la esperaba.
No hay nada que temer,
todos se han ido,
dije.
Me miró
como si no dijera la
verdad,
o como si dijera una
verdad a medias.
Aparté la vista de ella
y miré al parque.
El viento movía los
columpios,
imitando torpemente
a los niños que los habían
impulsado
por la mañana.
Supe que solo el amor
podría solucionar aquello,
aquello que él mismo había
provocado
y que lucharía por
mantener
resquebrajado.
La noche volvía
antes de marcharse del
todo.
La luz artificial
ensuciaba su cara.
No, no es una batalla
entre
la libertad y el
compromiso,
pareció responder.
El silencio terminó por
distorsionar
la realidad.
Ella se fue,
como yo sí esperaba,
como yo ya sabía.
Y la imaginación
no tuvo nada que ver.
Puede ser el texto de una gran canción.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Ojalá, Javier.
ResponderEliminarAbrazos.