jueves, 15 de junio de 2017
The Real Thing
La fusión de diferentes subgéneros del rock —funk, punk, heavy metal, hardcore, hip-hop— dio lugar a una escena la mar de interesante a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Red Hot Chili Peppers, Fishbone, Living Colour, Jane's Addiction, Primus o Faith No More son algunos de los grupos más destacados de aquel negociado musical que —por desgracia— supo asimismo de epígonos bochornosos aupados a lo más alto de las listas bajo la etiqueta de nu metal. El último de los nombres citados, el de Faith No More, cató las mieles del éxito a partir de su tercer elepé, The Real Thing, donde la personal propuesta del quinteto se veía reforzada por la entrada de un nuevo cantante: Mike Patton.
Dado a conocer en 1989, el disco se abre con From Out Of Nowhewe, trallazo con el que la banda entra a matar. No se esfuma la intensidad en Epic, que fuera glorioso single cuyo vídeo fue emitido miles de veces por la MTV. En algún lugar entre Black Sabbath y Public Enemy —cual gavilanes de una espada plantada con fuerza y autoridad—, la canción se desarrolla híbrida y poderosa, hasta dar con un final tan épico como su título indica que va perdiéndose para ser sustituido en los últimos segundos por las teclas solitarias de Roddy Bottum. El bajo de Billy Gould y la batería de Mike Bordin nos introducen en Falling To Pieces, fenomenal y explosivo cruce de funk, pop y metal que afirma la riqueza y variedad de los recursos de Faith No More. Surprise! You're Dead! es heavy metal sin ambages dominado por los riffs salvajes y espléndidos de Jim Martin. Zombie Eaters comienza aterciopelada pero a mitad de camino sufre una mutación roquera que la convierte en una nueva canción aunque en su ultimísimo segmento retome la calma.
La segunda cara nace mediante los ocho minutos largos de The Real Thing, que contiene elementos de varios de los temas de la primera, cual fusión particular de la fusión practicada por el grupo. Underwater Love explora premisas estilísticas similares a las de Falling To Pieces, consiguiendo una pieza deliciosa si bien ligeramente inferior. The Morning After está también cocinada con los mismos ingredientes, pero en proporciones diferentes, en especial la mayor presencia del rock pesado que trae la guitarra de Martin. Un instrumental como Woodpecker From Mars pone fin pletórico al álbum —suite marciana, agarrándonos al título del corte— y explica por qué es tan complicado clasificar y glosar a Faith No More y este su The Real Thing. Lo importante, de todos modos, es dejar constancia de la enorme calidad del plástico —incluyamos o no la versión de War Pigs y el Edge Of The World que añade la edición en CD— y la de los que le seguirán antes de la separación… y después, pues el todavía reciente Sol Invictus es realmente bueno.
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No controlo a esta gente, si a varios grupos de los que mencionas, Red Hot, Jane´s Addiction (fenomenal su "Ritual...") y Primus. En aquellos últimos 80 y principios 90 ya era tan enorme la propuesta musical que dejé pasar de largo a muchos grupos que, seguramente como estos Faith No More, hubieran aportado algo interesante a mi establo musical sobre todo porque los géneros en los que se basan, funk, pop y metal siguen siendo de mi agrado.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Uno de eos discos inexorablemente atados a mi. Lo escuché cientos de veces y cada vez que lo pincho sigue sonando con total credibilidad.
ResponderEliminarGran recuerdo y gran disco.
Un abrazo.
Jane's Addiction es para mí el mejor de todos, Javier. Yo creo que Faith No More podría gustarte, por si algún día te da por ahí.
ResponderEliminarMe pasa lo mismo, Addi.
Abrazos.