domingo, 23 de mayo de 2010

El arte por la vida

Cuando descubres de joven el famoso aforismo de Oscar Wilde "Todo arte es completamente inútil" te sientes deslumbrado por su radicalidad y belleza (que vienen a ser, aquí, la misma cosa). Pero vas con el tiempo descubriendo que estos aforismos, sentencias, máximas, pecios o como se quiera llamarlos son como los relámpagos: alumbran mucho, pero lo hacen sólo durante un instante. Como dice Rafael Sánchez Ferlosio —ya que hablamos de pecios— mucho mejor que yo: "Desconfíen siempre de un autor de "pecios". Aun sin quererlo, le es fácil estafar, porque los textos de una sola frase son los que más se prestan a ese fraude de la "profundidad", fetiche de los necios, siempre ávidos de asentir con reverencia a cualquier sentenciosa lapidariedad vacía de sentido pero habilidosamente elaborada con palabras de charol".

Creo que no está de más el párrafo anterior si el asunto que vamos a tratar es El secreto de Vera Drake (2004), la película de Mike Leigh. Porque deja Leigh bien claro que el arte también puede ser útil para hacernos determinadas preguntas —o al menos enfocarlas de una manera diferente—, "fomentar el debate", en palabras del propio director, y echa por tierra el adagio de Oscar Wilde, mera y huera frase pretenciosa. El secreto de Vera Drake (espantosa traducción del original inglés, en el que sólo consta el nombre de la protagonista, de los distribuidores del filme en España) narra la historia de una mujer de la clase trabajadora felizmente casada y con dos hijos en el Londres de 1950 que, sin que nadie de su familia lo sepa, practica abortos clandestinos, y gratuitos, a mujeres con escasos recursos. En aquella época el aborto era todavía ilegal en el Reino Unido (hasta 1967 no se legalizaría) y ser descubierto practicándolo significaba la cárcel. Una de las jóvenes a la que Vera "ayuda" (como ella lo llama, y así se lo dice al inspector que la detiene) está a punto de morir cuando Vera ya se ha ido. La subsiguiente investigación policial descubre a su familia la cruda realidad y acaba con los huesos de Vera en prisión. La extremada bondad de Vera Drake y el altruismo con el que pone en práctica su particular, y aparentemente sencillo, método de interrupción contrasta con el frío sistema judicial y el elitista sistema legislativo que, como siempre y en todos los lugares, pone en pie y sanciona una minoría para mantener a raya, esté la raya donde esté, a una mayoría. Qué mejor ejemplo que el que nos brinda la propia película al mostrar cómo la hija de una de las familias cuya casa limpia Vera para ayudar a la economía familiar (al igual que ayudan su marido y sus hijos) queda embarazada (tras sufrir una violación) y puede pagar una clínica privada para que la intervención que tiene que sufrir, ya que secreta y prohibida, no sea tan traumática.

Narrada con tremendo rigor y exquisitez, El secreto de Vera Drake penetra en el fondo de todos sus personajes —interpretados por un puñado de magníficos actores "serios e inteligentes que no se dejan motivar por el narcisismo" (Leigh)— mediante una puesta en escena, austera aunque punzante, que no tiene miedo a descubrir lo que los protagonistas puedan esconder, pero que se muestra respetuosa con sus defectos y serena ante sus virtudes; que está oculta, pero que clama por asomarse. Es un Mike Leigh más clásico, pero con sus señas de identidad tan evidentes como en las anteriores, y también espléndidas, Secretos y mentiras (1995) y Todo o nada (2001). Un autor con un mundo propio, con un estilo personal y con una mirada sobria, dura y atada a la realidad pero al mismo tiempo emocionante, comprensiva y esperanzada.

Según el realizador inglés "Bush y sus discursos sobre cambio legislativo" fueron los motivos que le hicieron tratar el tema del aborto ahora que ya es legal en su país. "Pensé que el filme podría estrenarse en EE.UU. en plena campaña electoral presidencial", continuaba Leigh, demostrando la neurosis colectiva en la que cayeron los habitantes del planeta Tierra debido a las peripecias del anterior presidente de Estados Unidos y sus ansias por extender las libertades fuera y dentro de su país. Neurosis aparte, lo que queda es la tremenda solidez de la obra de Mike Leigh, una de las voces más poderosas en el cine europeo de los últimos veinte años.

6 comentarios:

  1. Se oye estupenda, es justo el tipo de películas que busco. Sobre las máximas y aforismos creo que no pudiste haberlas descrito mejor: tan deslumbrantes en un inicio y tan huecas con el paso del tiempo...
    Excelente post, nos leemos!

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  2. me estraña que no prefieras apeman... me has dejado decolocado...

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  3. Excelent!!!!,tu post me ha motivado lo suficiente como para ver la peli.
    Gracias

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  4. http://www.mediafire.com/?y0rg99hxhxw

    bájate este disco de motorhead + girlschool
    buen tema brother

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