miércoles, 5 de febrero de 2014
Everybody Knows This Is Nowhere
El pasmo eléctrico que Neil Young y Crazy Horse siguen produciendo en sus admiradores todavía a día de hoy con discos tan radicales y logrados como Psychedelic Pill tiene su origen en 1969 y Everyvody This Is Nowhere, clásico incontestable de la historia del rock que extenderá sus raíces para producir otros —ya con Frank Sampedro en el lugar de Danny Whitten— como Zuma, Rust Never Sleeps o el que da nombre a este espacio, Ragged Glory.
El riff que se encarga de comenzar el elepé y esa sobresaliente composición llamada Cinnamon Girl, bien podía haber estado en el debut de los Stooges de aquel mismo año, y abre esa vía que cultivará Neil Young a los largo de su carrera —deviniendo más cruda y extrema con el tiempo— sin olvidarse de su sensibilidad folk o de adentrarse por decenas de caminos diferentes que le convertirán en uno de los artistas más personales y arriesgados que hayan conocido los siglos XX y XXI. Down By The River y Cowgirl In The Sand se ocupan de expandir hasta los diez minutos cada una —cerrando respectivamente las caras A y B del elepé— lo que en su brevedad apunta Cinnamon Girl: largas jams de crujientes guitarras distorsionadas que en su desarrollo no completan la canción, sino que la convierten en un tema nuevo, en una experiencia alternativa a lo que sería la suma de la estrofa y el estribillo con sus particulares melodías interpretadas, por ejemplo, con una guitarra acústica o un piano. Si no se entiende esto no se entiende el discurso de Young y Crazy Horse; no es un capricho el alargar los cortes para rellenar el álbum, es una forma de buscar (y encontrar) un lenguaje propio con el que recrear unas inquietudes estéticas rupturistas que asumen que no hay otra manera de honrar la tradición que superándola, y no hay otro modo de ser creativo que el de ser atrevido.
No acaba aquí el disco, por supuesto. Todavía quedan para completar sus siete cortes el espléndido medio tiempo que da título a todo el trabajo y que no oculta su basamento country pese a su poderosa apariencia rock; la preciosa Round & Round (It Won't Be Long), construcción acústica e hipnótica que precede y contrasta con la mentada Down By The River; el country rock, aquí sí, de The Losing End (When You're On); y ese lamento angustioso en busca de perdón que es Running Dry (Requiem For The Rockets), en el que inevitablemente destaca el violín de Bobby Notkoff.
Arrancaba, pues, con Everybody Knows This Is Nowhere una de las colaboraciones más fructíferas que la música popular norteamericana haya conocido, aunque Neil Young en solitario será capaz también de ofrecer obras tan excelentes como junto con Crazy Horse. Escuchen, verbigracia, After The Gold Rush y Harvest, los dos elepés que suceden cronológicamente al que hoy hemos tratado y comprenderán la inmensa categoría del canadiense. Cuarenta y cinco años más tarde, todavía no la ha perdido.
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Amigo éste es un discarro como la copa de un pino, así de grande es. Para mi, un disco que contiene Cinnamon girl (de mis favoritas de Tío Neil), la propia Everybody knows this is nowhere (una delicia de tema), las lentas, Down by the river y Cowgilr in the sand con sus minutadas, pero temas antológicos, no puede calificarse de otra forma sino de Obra maestra total y absoluta.
ResponderEliminarUn abrazo Gonzalo Young Aróstegui.
Sólo quedaría buscar la isla desierta, el disco ya lo tenemos.
ResponderEliminarAbrazos y truenos.
Pasmosa obra maestra de uno de los más grandes que como apuntas no se ha acomodado nunca y sigue entregando tras más de 40 años de carrera obras de la belleza y radicalidad de Pshychedelic Pill o arriesgándose con obras conceptuales como Greendale (disco que sin considerarlo una obra maestra a mi me encanta, no sé que opinarás tú).
ResponderEliminarUn abrazo, Gonzalo y que suenen una vez más no solo Down by the River o Cowgirl in the Sand sino también joyitas como Round & Round.
Sin lugar a duda una de sus obras mayores, soy más d el tonights the Night o Ragged Glory pero es cierto aquí comienza su merecida fama
ResponderEliminarDefinitivamente mi canción es Everybody Knows This Is Nowhere, si he de elegir una entre el total. Los temas potentes de Young y los Horse suelen ser abruptos y descarnados sonoramente y delicados y sobrios desde el punto de vista lírico, y para
ResponderEliminarel caso aquí lo son los que mencionas, Down by The River y Cowgirl in The Sand; en cuanto a la duración es más fruto de la pasión con que la jam envuelve a los músicos que la simple recreación o autocomplacencia.
Un abrazo.
Un disco imprescindible, básico. Como tener unos vaqueros en el armario o aceite en la cocina. Mi favorito del tito Neil junto a "After the gold rush".
ResponderEliminarBesos, Gonzalo!
Soy más seguidor (adorador, debería decir) del primer Neil, de sus cuatro primeros discos que del resto, sin desmerecerlos en absoluto. Me subyuga ese salto cualitativo de Neil al pasar de Buffalo a montárselo por sí mismo, con los maravillosos intermedios de CS&N. Le posee una calidez compositiva, un fondo casi épico de donde le surge todo el paisaje folk, el rock aun joven de Laurel Canyon, envuelto en una vena poética que convierte a sus canciones en planetas, su música en paraísos instantáneos.
ResponderEliminarFrancamente, el nivel emocional del Young de sus primeras cuatro obras me llega más hondo que el resto de su obra. Y este disco es todo un bosque para mí.
Gran entrada, amigo Gonzalo.
Abrazos,
JdG
Incontestable, sin dudarlo. En este disco están las claves del más grande. Además, me trae muy buenos recuerdos de una gran época de mi vida. Abrazo.
ResponderEliminarPor supuesto, Savoy, es un disco enorme por el material que contiene y por todo a lo que dará vida.
ResponderEliminarEso es pasión por un disco, Marce, sí señor.
Opino igual que tú sobre "Greendale", Agente. Que suene todo el disco, que no tiene desperdicio.
No hace falta que te diga, Bernardo, que yo también soy de "Ragged Glory", je je je, pero "Everybody" va igualmente a misa (eléctrica).
Excelente elección, Aurelio. La duración, en mi opinión, es parte de la indagación de Young (y su caballo) en el sonido, cual Ornette Coleman del rock, en busca, como digo, de su propia voz.
O papel de váter en el baño y condones en el picadero, ¿no? Otra maravilla el disco que mencionas, Lu.
Hermosas reflexiones las tuyas, Javier. Yo me quedo con el Young eléctrico de "Ragged Glory" y "Weld", pero, como bien dice el amigo J. Rodrigo, todos los Young son uno, no es posible separarlos en un análisis serio. Gracias por lo de la entrada, maestro.
Las claves, claro, Johnny. La mejor época de tu vida es ésta, je je je.
Abrazos para todos.
Un fenómeno Neil Young, auténtico. Sí hay mucho de alternativo en él, de arriesgar e intentar abrir nuevos caminos. A veces parece no ir a ningún lado y me da pereza, pero otras no, y es entonces cuando me entusiasma. Su innovación no es tan descarada como la de Sonic Youth, pero tampoco es que haga falta.
ResponderEliminarUn saludo, Gonzalo. Muy buena entrada.
En la presentación del libro que sobre SY ha escrito Ignacio Julià, éste comparaba al grupo de Nueva York precisamente con Neil Young, Javier. Es un artista clásico y vanguardista al mismo tiempo, pero jamás conformista.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier.
Desde Cinammon a Down by the River o a Cowgirl in the Sand .... Esto es un discarral. Puede que el primero en el que se junta todo lo que luego crecera y se multiplicara por mil. Abrazo
ResponderEliminarUn discazo, J, la base de Neil Youg y Crazy Horse.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mi lo que más me gusta son sus mensajes, cosas muy lógicas pero a veces para la gran mayoría no muy importantes.
ResponderEliminarKeep rocking.......... Gonzalo!!!
Mensajes muy sabios y rojos los de Young.
ResponderEliminarUn abrazo, querido Claudio.
Encantado de conocer tu blog, recomendado por Addison. Este álbum de Neil, uno de mis favoritos.... bueno, mi favorito.
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