Apoyados en la escalera
de la estación del tren.
Mirándose con esa intensidad
que solo dan los primeros días
—no ya meses—,
y sobre todo la juventud.
Ajenos a formulaciones de viejos caducos
que ya no creen en el amor.
TOTALMENTE AJENOS
porque solo creen en sus ojos,
en su piel,
en su pelo,
en sus manos.
Fundidos frente a la masa,
a la que ni siquiera desprecian,
porque para ellos no existe.
Solo existe tú y yo,
nosotros,
los ojospielpelomanos
que se hunden
en la eternidad de los tiempos
a pesar de ser presente,
prosaico presente.
Aaaay, esos primeros momentos, las primeras miradas, los primeros roces,...
ResponderEliminarMe podría quedar a "vivir" en los dos temas que acompañan el poema.
Un abrazo.
Irrepetibles, Agente. Los dos temas que he puesto son maravillosos, sé bien que te encantan. Para vivir en ellos, ojalá…
ResponderEliminarUn abrazo.
La madurez es interesante, reflexiva y en cierto modo sabia, pero la juventud es el frenesí por vivir, la construcción de lo que algún día sera lo único que nos quede, la construcción de recuerdos.
ResponderEliminarQue grande eres amigo.
Un abrazo.
También me molas cuando te pones poético, y si es con Big Star más, jejeje, qué temazo. Abrazo.
ResponderEliminarDespués de leer tanta reseña de discos, algunos que se amontonan en la memoria y van a parar a la papelera de reciclaje sin prestarle la suficiente atención, me alegro de llegar a tu casa de "Ragged Glory" y encontrarme con emociones, canciones, poesía. Me ha encantado y me ha emocionado de verdad. Un abrazo
ResponderEliminarNo conocía la versión de Lateef.
ResponderEliminarPor el contrario tengo muy oída la de Bill Evans con Jeremy Steig.
En todo caso es que se trata de una gran canción.
Saludos y seguiré por aqui. Hasta la próxima.Disculpa por ignorar toda la parte poética.
La construcción de los recuerdos, Addison, así es. Gracias.
ResponderEliminarTemazo también el de Lateef, Johnny. Ambos son dos temas soberbios de amor.
También me emocionan a mí tus palabras, Antonio. Nunca viene mal algo de variedad.
Mira que Bill Evans es favorito de esta casa, pero en este caso me quedo con la versión de Lateef, inigualable. Un placer tenerte por aquí.
Abrazos.
Los primeros momentos son impactantes, inolvidables, pero la madurez pone su punto también... De repente te dejan de condicionar esas cosas externas que tanto te preocupan cuando eres joven... mejor adolescente, porque creo que de la juventud todos conservamos algo.
ResponderEliminarUn abrazo Gonzalo.
Lo bueno de hacerse mayor, Aurelio, es que aprendes a pasar bastante de chorradas, pero cierto que de joven tienes la sensibilidad a flor de piel para los temas sentimentales por esa pureza que da la edad.
ResponderEliminarUn abrazo.
No hace falta tener diecisiete años para sentir esas emociones, a cualquier edad se pueden sentir. Es maravilloso conocer a a esa persona que estabas esperando toda la vida y lo demás no importa, solo piensas en sus labios, caricias, abrazos
ResponderEliminarNo hace falta tener diecisiete años para tener esos sentimientos, si es verdad que es cuando comienzas a tenerlos, cuando pasas los treinta y pico, estos sentimientos son extraños a la vez que bonitos, cuando crees que ya tienes tu vida sentimental afincada y de repente aparece esa persona que te hace florecer y volver a creer.....
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, lo que pasa es que el escepticismo del adulto a veces parece decir lo contrario. Sentimientos preciosos.
ResponderEliminarAbrazos.