viernes, 7 de agosto de 2015
Every Day
Brilla con mucha distinción la luz de la Cinematic Orchestra en segundo álbum, Every Day (2002), fascinante cruce posmoderno de jazz, electrónica, lounge y trip hop que continúa la senda marcada por Motion, aquí (quizá) mejorada y honrada por la presencia de Fontella Bass. No hay que esperar para escuchar a la inmortal cantante, pues All That You Give —primero de los siete cortes del CD— nos regala su voz infiltrándose en los ambientes creados por los dispositivos electrónicos de Patrick Carpenter, el arpa de Rhodri Davies, el bajo acústico de Phil France y la batería de Milo Fell. Sin salirse del patrón establecido, Burn Out se alarga serpenteando e introduce vientos y pianos eléctricos (France y John Ellis) en el discurso de la orquesta. Flite ahonda en el marco de trabajo, si bien la percusión de Milo Fell hace de sus prominentes baquetas protagonistas de este segmento de nuestra peculiar banda sonora. Vuelve Fontella Bass para iluminar Evolution, de fantástico estribillo, atmosférico piano eléctrico de John Ellis y excelente y sensual base rítmica. Si en el tramo final del corte escuchamos a Patrick Carpenter manipular los platos, en Man With The Movie Camera los suma a sus dispositivos electrónicos. Explícitamente cinematográfica en su título —Dziga Vértov volverá a ser motivo de inspiración para el grupo británico—, la suite hace honor al mismo al llenar de imágenes el cerebro del oyente, resultando la pieza más libre, compleja y diferente del disco, ya por las distintas metamorfosis que sufre o por las intervenciones del saxo soprano de Tom Chant. No sé si punto álgido del trabajo, pero cierto que All Things To All Men rebosa emoción desde que leemos su inabarcable título —"todas las cosas a todos los hombres", socialismo o muerte— hasta que terminan sus impresionantes once minutos. El fantástico rapeado de Roots Manuva vertebra un tema en el que repite Tom Chant y Rhodri Davies trae de nuevo su arpa, pero que asimismo apoyan la impagable e infalible base rítmica y el piano, esta vez el acústico y tradicional, de John Ellis. También y siempre acústico, el bajo de Phil France introduce la composición que clausura el álbum, Everyday, cuyo perfecto y estimulante crescendo se va diluyendo durante los dos últimos minutos del tema, como si de un largo adiós, que diría Raymond Chandler, se tratara. El de la música de un grupo original, atractivo y, aquí, impecable: The Cimematic Orchestra y Every Day.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ni idea Gonzalo, como sabes este palo de la música se me escapa, espero remediarlo algún día.
ResponderEliminarUn abrazo master.
Se te escapa el tiempo, Addi, je je je. No, en serio, escucha "All Things To All Men" y dime qué te parece:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=9EbCX24t2a8
Un abrazo.
Que cosas más raras escuchas Gonzalo. Debes estar ya tan colgado como San Saturio de ácido. Me da miedo volverme a encontrar contigo.
ResponderEliminarGuarrrghh!
JdG
Será el ácido que produce mi mente, Javier, ja ja ja ja. Tranquilo, no pasará nada.
ResponderEliminarUn abrazo.