domingo, 16 de agosto de 2015
Trompe le monde
Entre 1987 y 1991 los Pixies publicaban un epé y cuatro elepés que les convertían en referencia esencial del rock independiente o alternativo de su época. Casi un cuarto de siglo después, visto hasta donde han llegado las redes de sus influencias, y con la ineludible perspectiva del tiempo, podemos afirmar que el campo de acción de su obra se ha trasladado a cualquier tiempo y lugar, tal es la calidad, la exquisitez de la misma.
Trompe le monde (1991), último de aquellos trabajos, verá la luz paradójicamente un día antes que el Nevermind de Nirvana, el disco que hará visible y exitoso lo que hasta entonces era subterráneo o raro para el público mayoritario, y en el que el grupo de Kurt Cobain se beneficia (con acierto) de muchos de los hallazgos, timbres y estructuras del cuarteto de Boston. Como los álbumes que le preceden, el cuarto de larga duración de los Pixies es igual de imprescindible, descomunal y creativo que Come On Pilgrim, Surfer Rosa, Doolittle y Bossanova, y especialmente abrasivo en el plano sonoro. Trompe le monde sigue encontrando matices en el discurso inconfundible, asentado y demoledor del cuarteto de Boston, cargado de canciones (quince) que defienden su individualidad sin miedo de sumarse al conjunto.
No hay tregua en los ocho primeros cortes, a pesar del toque pop y psicodélico de Alec Eiffel, dedicada al autor de la famosa torre parisina. Entre ellos, una muy convincente versión de Head On, original de Jesus And Mary Chain —banda, la escocesa, que bebe de fuentes similares a las de Pixies en busca de caminos propios— que encontramos en su tercer plástico; un potente medio tiempo cuyo riff huele a los Clash de Should Stay Or Should I Go, U-Mass, con la Universidad de Massachusetts como motivo; o una carta, si así se quiere, a los orígenes del rock and roll (Letter To Memphis) que surge, sin solución de continuidad, de Palace Of The Brine, soberbio engarce que supone una de las cumbres de un disco lleno de ellas. Regada por los teclados de Eric Drew Feldman, Bird Dream Of The Olympus Mons parece un pequeño oasis de sosiego que el posterior desarrollo de la canción niega. Siguen aullando las guitarras de Joey Santiago y Black Francis y la voz de éste hasta que la entrada de las seis cuerdas acústicas en Lovely Day y Motorway To Roswell hace que pierda peso la electricidad, que no la intensidad, garantizada de principio a fin por el bajo de Kim Deal y la batería de David Lovering. The Navajo Know, suerte de ska espacial y discotequero, echa el cierre a Trompe le monde, aunque en realidad lo haga a una carrera indiscutible, corta y perfecta que tendrá una continuación innecesaria hace bien poquito. Lo bueno ya había terminado a principio de los años noventa.
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primero que bueno encontrar una entrada de Los Pixies... ñeste quizá sea el disco mas flojo según a crítica... mi fetiche es Bossanova, para mí es perfecto, pero es otro que la critica desdeña por los dos primeros...
ResponderEliminarel que sacaron hace un tiempo no me defraudó e incluso digo que es mas que digno... lo puedo escuchar ahora tranquilamente y no me suele pasar con otros artistas que por mas fanático que sea me doy cuenta de la decadencia...
Los Pixies nunca lo hacen.... salu2!!
ah y U-Mass es increíble!!!
ResponderEliminarA veces me planteo escoger el que se puede creer el mejor disco de los Pixies y... es imposible. Cómo se nota en su reciente trabajo la ausencia de Deal, nunca serán lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo.
"Trompe" tuvo peor acogida, cierto, JLO, pero escuchado hoy tiene la misma validez que los discos que le antecedían. La continuación no es indigna, pero no la veo necesaria. Mi favorito de la banda es "Doolittle", pero "Bossanova" es espléndido de arriba abajo.
ResponderEliminarAunque le digo al amigo JLO que mi favorito es "Doolittle", Sergio, me pasa un poco como a ti. Ya no es lo mismo, claro.
Abrazos.
Me marcaron mucho en su tiempo Gonzalo, de hecho sigo sin poder decantarme por un favorito, son todos de un nivel tan jodidamente estratosférico...la putada es que no trago el negocio Pixies de ahora y, quizás, no escucho en estos ultimos años sus discos por culpa de este comeback falso e interesado para seguir alimentando la carrera en solitario de Frank Black.
ResponderEliminarAun así, aquellos Pixies nihilistas e iluminados siguen siendo muy grandes.
Veo que a todos nos pasa lo mismo, Pupilo. El retorno estaba de más, cierto, pero ello no obsta para que la música de aquellos discos siga creciendo con el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Con aquellos discos cimentaron la música independiente con un sello que nadie a sabido dibujar igual que ellos, una época genial.
ResponderEliminarSaludos.
Pues yo si tengo uno preferido claro (y aunque la imprescinbilidad de "Pilgrim" a "Trompe" me resulta incuestionable): "Doolittle", que no es solo mi pixie predilecto sino, directamente, uno de mis álbums fetiche de siempre. Aunque, faltaría, las guitarras retorcidas de Joey Santiago y la garganta de Fatty siguen haciendo virguerías aquí tan ricamente. Tras alguna que otra biografía de la banda leída parece claro que la intención era hacer algo más directo y acerado tras los virajes de surf cósmico del anterior...El único pero, quizá, sería que la segunda cara (al generalizar) no le acaba de mantener el pulso a la primera... Pero, caray, que tiene lo suyo también y esa 1st side es la leche toda ella en definitiva (del tema inicial a "Letter to Memphis" el puñetero no deja ni coger aire).
ResponderEliminarAbrazo, Gonzalo.
Es que la personalidad de Pixies era mucha, Addi.
ResponderEliminarTambién es "Doolittle" mi favorito, Guzz, pero si escucho "Surfer Rosa" o "Bossanova" me quedo igual de maravillado. No veo yo el bajón que dices en la segunda mitad del trabajo, pero sí que parece claro lo de las intenciones del grupo tras "Bossanova", aunque sea éste también un disco bien potente y energético.
Abrazos.
Este disco es muy bueno, de todas formas, ¿qué disco de la banda no lo es?, ya que para mi los 5 trabajos son santo y seña, y desde luego su influencia es brutal en grupos, como Nirvana que bien dices, pero antes también Bowie con Tin Machine estaba siendo precursor junto a los bostonianos.
ResponderEliminarAbrazos.
Precisamente Bowie era un gran fan de Pîxies, si no me equivoco; lo que sí recuerdo es que por la época en que Bowie monta Tin Machine sentía mucha admiración por Jane's Addiction y Guns N' Roses, lo que dice mucho sobre las parcelas que hacen los fans y los críticos, bastante estúpidas y artificiales. ¿Por qué coño no se disfrutan, por ejemplo, "Appetite For Destruction", "Doolittle", "Nevermind" y "Ritual de lo Habitual" en lugar de esforzarse en detestar a un artista porque "no es de los míos, no lleva mi ropa" o "no es independiente"?
ResponderEliminarUn abrazo, Savoy.
Claaaaaaro... todos esos discos que has dicho son cojonudos... cada uno en su estilo.
EliminarAbrazos.
Pixies, uno de mis grupos favoritos de los 90. El "Doolittle" es santo y seña de mi colección, igual que Kim Deal, una imagen del grupo que traspasa el mero contenido musical. Este "Trompe Le Monde" lo tengo menos trabajado. Le daré una audición en breve. También, siempre que hablo de Pixies los enlazo con la segunda escuela bostoniana, grupos como Buffalo Tom, Breeder, Del Fuegos, The Cars, Gigolo Aunts, la primera aquella de Ultimate Spinach, Beacon Street Union y The Lost, y enmedio, Aerosmith. Una gran ciudad y una gran cantera de grupos desde siempre.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
De los noventa y de los ochenta, Javier. "Trompe le monde" te va a sorprender si llevas tiempo sin escucharlo, ya verás. Muy buena la cantera de Boston, con Pixies arriba de cualquiera de sus escuelas temáticas o temporales.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dinosaur Jr, Morphine, Pernice Brothers o Galaxie 500 son más bandas que medraron, de una u otra manera, en Massachusetts y bajo la sombra e influencia de la U Mass. Tampoco se debe considerar ello como "escena" alguna ni pensar que por salir de ahí ya es lo que toque la hostia pero, cree uno humildemente, que la querencia y apoyo que se ofrece o se ha ofrecido (al menos) a bandas jóvenes en sus primeros pasos en el estado cuya capital es las "más europea de las ciudades americanas" está más allá de duda alguna.
ResponderEliminarMás abrazos.
Gracias por la nueva aportación, Guzz. Así, en general, lo de "las escenas" me hace siempre recelar.
ResponderEliminarUn abrazo, majo.
La discografia entera es para enmarcar y mas influyente que la de 100 dinosaurios con 50 años de carera. Algo debian tener. Recuerdo Trompe Le Monde como el que mas me costo con ese desquiciado inicio con Alec Eiffel. Hoy le tengo mas cariño a Bossanova y a ese Cecilia Ann con su musica de vaqueros (:-)). En cuanto a F Black ... aprovechado o no, me gusta lo que hace y aunque produce tanto que es dificil de seguir, casi siempre hace cosas interesantes. Saludos,
ResponderEliminarNo he seguido a Frank Black, aunque seguro que es muy interesante lo que hace, J. Y, cierto, lo de Pixies fue tan breve como influyente y colosal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bien sabes cuánto me gusta este disco, grandmaster. No hay tregua. Poniéndome al día poco a poco. Abrazo.
ResponderEliminarLo sé, lo sé, a mí también. A ver qué te parece lo que he escrito en agosto.
ResponderEliminarUn abrazo, Johnny.