lunes, 5 de octubre de 2015

I Am Right y Who Will Save Rock 'N' Roll?


Unos años antes de volver por todo lo alto —a principios de siglo y con su cuarto elepé, D.F.F.D.—, los Dictators ya habían dado señales de vida discográfica con dos gloriosos singles que les mostraban tan incandescentes y adictivos como en la época de Bloodbrothers. Normal, pues, que tres de sus cuatro canciones acabaran formando parte de su álbum de retorno.


El primero de los sencillos lo publicaba Norton en 1996, encabezado por I Am Right, trallazo descendiente del único y soberbio disco de Manitoba's Wild Kingdom (…And You?), en concreto de su segunda cara, en el que, por encima de todo, destaca la extática descarga eléctrica de Ross The Boss, voraz, profusa y capaz de desanimar a cualquiera que piense que toca bien la guitarra o que algún día logrará hacerlo. Loyola, la cara B, es un clásico del quinteto neoyorquino que nunca antes había sido fijado en el estudio a pesar de datar de la década de 1970. Descomunal pieza de power pop e himno concluyente de arquitectura exacta y emociones adolescentes, la historia de la chica de dieciséis años que "puede conducir toda la noche (…) soñando que es una estrella del rock and roll" produce en quien esto escribe una atracción irresistible que el paso del tiempo no ha menoscabado.


Parido al año siguiente, Who Will Save Rock 'N' Roll? verá la luz bajo el sello de Imposible Records, marca hispana encargada de que tan impresionante composición de Andy Shernoff —¿el último gran rock and roll escrito?— sea saboreada emocionada por la parroquia roquera adicta a los Dictators o recién llegada a la música del grupo. Mirada adulta al arte con el que se crio, Shernoff se distancia del amor de su vida al reconocer que su generación no va a salvar el rock and roll, dando a entender que éste —quizás— ya no tenga salvación, aunque posiblemente tampoco la necesite. Extraordinariamente interpretada por la banda, cada vez que escucho la canción no puedo evitar estar ante el epitafio de un género que, cuatro décadas después de haber nacido, no encuentra recambio para bandas como los Beatles o los Stooges, ambas citadas en la letra del tema. No menos genial, The Savage Beat habla de sonidos primitivos y ritmos salvajes, ahondando en el mismo asunto de tiempos pasados (y mejores) que aquí representan los Stones y Bo Diddley.


Como comentaba al principio, excepto Loyola, el resto de canciones de los dos singles irá a parar al último elepé en estudio de los Dictators, cuyo mérito será dar con nueve más que no desentonen y brillen a la altura de aquéllas. En fin, que, sea de esto lo que fuere, lo que parece indudable es que con el grupo de Handsome Dick Manitoba convertido en una mera (aunque saludable y vistosa) recreación escénica de glorias pretéritas —remota o nula la posibilidad de que Andy Shernoff se una a la troupe o escriba material para ella—, las probabilidades de que el futuro del rock and roll esté en manos de los autores de Go Girl Crazy! son las mismas de que Elvis resucite (en el caso de que realmente esté muerto) o de que en enero haga calor en Teruel… siempre en el caso de que dicho futuro tenga importancia alguna o no sea sino una entelequia. Mientras tanto, y absteniéndonos de sacar conclusiones o de seguir elucubrando, los cerca de doce minutos de bendición sonora que hemos exprimido en esta entrada vuelven a girar en el plato para quitarnos la palabra, la voz y hasta la razón si hiciera falta. "I am right!!!"

9 comentarios:

  1. Me voy a buscar esa "Loyola" que no la conozco, el resto... uf, sencillamente geniales, ¿cómo fueron capaces de descolgarse en pleno s.XXI con un discazo del calibre de DFFD?
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  2. De "Loyola" te puede decir, Agente, que a veces he pensado que es mi canción favorita. Sí, "D.F.F.D." es descomunal, el canto de cisne de Andy Shernoff como compositor.

    Un abrazo, amigo.

    ResponderEliminar
  3. Estás muy "Dictator" ultimamente... je, je, je. Yo dispongo de ese D.F.F.D que tu me pasaste.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  4. Ahora y siempre, Savoy, es uno de los grupos de los que más he hablado en el blog. Más te he de pasar.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Eternos, coincido con la sensación onírica que me produce la historia de Loyola, disco enorme, se nota tu devoción por disco y banda.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Dictators, una de mis grandes asignaturas pendientes. Y mira que conocía a Pepe el dueño de Record Runner y promotor de los conciertos de los neoyorquinos durante muchos años que me invitó en alguna ocasión a asistir a alguno de sus conciertos, y yo me negaba, me parecían demasiado macarras. En fin, sin más comentarios.
    Abrazos,
    JdG

    ResponderEliminar
  7. Sí, mi devoción por los Tators no sabe de límites y se ve desbordada por las hipérboles. Qué maravilla "Loyola", Addison.

    Macarras pero con mucha clase, Javier. En Record Runner precisamente me compré ambos singles.

    Abrazos, queridos.

    ResponderEliminar
  8. I fall to my knees
    and look to the sky
    Who will save rock and roll? ....
    Uno de los mayores y menos apreciados himnos del RNR, tema increible, pelos de punta, en directo brutal, al nivel de "We will rock you" de Queen, "Highway to hell", y muchos temas que han marcado la historia del rock. Todavía me emociono cuando la escucho, viva Dictators¡¡

    ResponderEliminar
  9. Un himno tan grande como el que más, Álvaro, claro que sí. Me consta que te emociona tan eximia canción.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar