miércoles, 9 de agosto de 2017
Led Zeppelin II
Padre de los riffs de Smoke On The Water y Highway To Hell e hijo de los de You Really Got Me y Foxy Lady —entre otros tantos posibles—, el de Whole Lotta Love abre inconfundible y explosivo el segundo y extraordinario elepé de Led Zeppelin, publicado meses después de que el grupo hubiera asombrado al mundo con un debut no menos antológico. Pero no solo es el riff, claro. Es el bajo de John Paul Jones, la percusión sincopada de John Bonham, la voz sexualmente imperativa de Robert Plant, el largo trompo psicodélico en medio de la canción, el solo de la guitarra de Jimmy Page cuando aquél acaba, el grupo roqueando conjuntamente, el blues que sobrevuela toda la interpretación y la polémica apropiación del You Need Love para atestiguarlo… Es todo eso y más lo que hace de Whole Lotta Love una experiencia única y un inicio incendiario para un disco que no va a decaer.
What Is And What Should Never Be va y viene del susurro psicodélico de raíces blues y cadencia bossa nova al hard rock. The Lemon Song es uno de los momentos privilegiados del álbum, seis minutos de magia en el estudio —parcialmente improvisada— que alimenta su belleza de la conjunción, y no antítesis, de la rítmica funk de Jones y Bonham y la melódica sexualidad de Plant y Page, partiendo ambas del Killing Floor de Howlin' Wolf. Thank You cierra la primera cara con una balada a emparentar con el Your Time Is Gonna Come del primer plástico del dirigible, siendo el elegante órgano de John Paul Jones nexo obvio y prominente entre ambas canciones.
Heartbreaker se encarga de que la segunda cara se inicie con un puñetazo de rock duro y plasticidad infinita que los hermanos Young tuvieron que escuchar muchas veces antes de fundar AC/DC. Living Loving Maid es un tema corto, preciso y rápido que no abandona la potencia, cosa que sí hace Ramble On en su comienzo acústico. Y digo comienzo porque no van a tardar en aparecer las guitarras distorsionadas de Jimmy Page. Eléctricas o no, son éstas las protagonistas espléndidas de un corte asimismo marcado por la doble percusión de Bonzo, la de su batería y la de lo que sea que toque cuando las texturas folk mandan. Es Bonham también quien, casi de principio a fin, domina Moby Dick, convirtiendo la mítica novela (y ballena) de Herman Melville en un solo de batería —manos y baquetas en acción— del que han bebido miles de músicos, especialmente en directo. Y así llegamos a Bring It On Home, blues acústico que torna hard rock y ejemplo sencillo de cómo Led Zeppelin fue parte creadora del heavy metal, haciendo duro y progresivo el género del que todo nace. Expansivo y poderoso punto y final, pues, del segundo disco que la banda británica editaba en 1969, una colección de canciones claramente diferenciadas entre sí pero unidas por su apabullante calidad, más allá de que la primera sea la de mayor referencia universal. Una calidad que hasta su sexto y doble álbum —Physical Graffiti— se mantendrá incólume para hacer de sus autores uno de los pocos grupos absolutamente imprescindibles de la historia del rock and roll.
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Inapelable reseña y colofón evidente. Led Zeppelin es una banda imprescindible, y sus seis primeros discos paradas milagrosas del via crucis del rock and roll.
ResponderEliminarUno de esos discos en los que no sobra ni un segundo.
Un abrazo.
Así es, Addi. Me ha gustado mucho tu símil bíblico, pues un milagro irrepetible fue lo de Led Zeppelin. Ya solo me queda el sexto y doble para haber glosado del todo lo mejor de led Zeppelin.
ResponderEliminarAbrazos.
Los Zeppelin fueron muy dados a presentar recopilaciones tras su disolucion. Hay dos temas, creo que en la cara dos con una micro pausa de decimas de segundo. Recuerdo mi decepcion cuando oi una recopilacion (en la que salen de astronautas) y cortaron esa "unidad de dos canciones"
ResponderEliminarCreo que te refieres a "Heartbreaker" y "Living Loving Maid", ¿no? Es una pena cuando se pierden esos detalles en las recopilaciones, sí.
ResponderEliminarSaludos, Luis.
Este "Led Zeppelin II" es mi disco preferido de la banda. La primera cresta de una ola que nunca dejó, hasta su "Physical Graffiti", de mantenerse en lo más alto. Tengo especial predilección por el "Whole Lotta Love", en su versión expandida (había una reducida que radiaban en las emisoras de la época), tremendo poderío del mejor rock posible, y el "Ramble On", un trote inicial que termina, lo apuntas, en un maravilloso galope.
ResponderEliminarSuena a tópico, ya lo se, pero ya no se hacen discos así, ni de coña.
Abrazos,
JdG
Es verdad que Whole lotta love puede ser el padre de los mejores riffs. Un discazo, como todo lo de la primera época de los Zeppelin.
ResponderEliminarEl mío es el primero, Javier. La versión reducida de "Whole Lotta Love" la convierte en otra canción, Y, no, no se hacen discos así. Imposible.
ResponderEliminarUn riff apoteósico, Johnny.
Abrazos.
Mi favorito de siempre de los Zep... es rock and roll.
ResponderEliminarAbrazos.
Un disco impagable.
ResponderEliminarUn abrazo, savoy.