jueves, 7 de junio de 2018

The Golden Years Of Louis Armstrong

 

Garantizada por los sesenta cortes perfectamente datados que guardan sus tres discos, las notas interiores, las fotos de su libreto y los pocos euros que cuesta adquirirlo, la relación calidad-precio de The Golden Years Of Louis Armstrong hace de este recopilatorio publicado por Soho en 2003 —dentro de una colección que compila a otras grandes figuras del jazz— uno de los más recomendables para adentrarse con un mínimo de rigor en el mundo de Louis Armstrong. Recogiendo grabaciones de los años veinte, treinta y cuarenta con sus diferentes grupos y orquestas, este triple CD resume muy notablemente el poder de la música del maestro de Nueva Orleans, la felicidad melódica de un estilo que quedará dibujado y orientado para siempre en la década de 1920 con bandas pequeñas como los Hot Five y los Hot Seven o diferentes big bands. Su capacidad improvisadora como trompetista será la llave de estilos que Armstrong no verá con buenos ojos (o no comprenderá), pero ni el bebop ni el free jazz hubiesen sido iguales sin las puertas primitivamente abiertas por nuestro hombre. La calidez de su inconfundible voz es la otra mitad del arte de Satchmo, swing y dixieland hechos principalmente para el baile y la diversión pero anticipadores de libertades creativas que, aun yendo demasiado lejos para Armstrong, anclarán su espíritu disruptivo e investigador en las formas alegres y desprejuiciadas de él. Por estos años dorados se pasean joyas como When It's Sleepy Time Down South, West End Blues, Rockin' Chair, When The Saints Go Marching In, St. James Infirmary, Wolverine Blues o St. Louis Blues, deliciosas piezas (son solo un ejemplo) que invitan a la sonrisa y la relajación sin que la gravedad artística se vea disminuida, precisamente al contrario. La de un intérprete clave e inmortal —maestro de ceremonias del entretenimiento— cuyos sonidos siguen dejando en evidencia a aquéllos que, metidos en su conservatorio, no entienden que el acervo popular puede ser igual de clásico que el culto. Iluminado el universo desde el sur de los Estados Unidos, Louis Armstrong y sus acompañantes nos lo dejan claro.

6 comentarios:

  1. En mis recientes sesiones mañaneras he estado escuchando "The Complete Louis Armstrong & Duke Ellington Sessions", grabaciones entre 1961 y 63 publicada por Roulette Jazz. Una colección de "The Blue Note Collection" que se vendía en los kioskos a mitad de los 90. Mucho más que un gran artista, antecesor y precursor de la evolución del jazz americano. Todo un clásico al que se le debe respeto. Creo que hemos comentado en alguna ocasión, la gran oportunidad para el amante del jazz al hacerse con este tipo de colecciones.
    Abrazos,
    JdG

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  2. Duke Ellington y Louis Armstrong, nombres ambos claves en esa evolución que comentas. Esta colección es realmente admirable dentro de su aparente humildad, Javier, te haces una idea muy buena de lo que significa la música de Armstrong.

    Abrazos.

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  3. Un artista que ha sabido acoplarse a las distintas épocas que transito,siempre saliendo airoso,inclusive con sus duetos. Desconocía esta colección,la tomare como referencia ,saludos y buena semana

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  4. Son tres horas que epitoman con fundamento años de trabajo y grabaciones, Luther. Los duetos con Fitzgerald, Peterson o Ellington son muy válidos, claro que sí.

    Abrazos.

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  5. Este recopilatorio tiene una pinta tremenda. Yo también tengo uno de Louis Armstrong pero no tan extenso. Me iluminas grandmaster. Abrazos.

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  6. Merece mucho la pena por todo lo que comento, Johnny. Yo creo que me costó solo diez euros (lo adquirí hace unos diez años), y me sorprendió lo bien que estaba para el precio que tenía.

    Abrazos.

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