Llego tarde. Sí, casi siempre sucede. Me pasa en mi vida cotidiana, en el trabajo, me afecta a los plazos burocráticos, a que se me peguen las sábanas en la cama y me despierte una hora después, cuando quiero cocinar para comer a las dos y son las tres y aún nada de nada, cuando descubro un grupo o un disco y soy el último mono en disfrutarlo y no me siento acomplejado por ello. Me acepto como una catástrofe natural. Aún me quedan cuatro episodios de The Sopranos y todavía no me he escuchado un disco completo de Tom Petty. ¿Y? Es muy emocionante ese cosquilleo de saber que te enfrentas a algo sagrado que el resto de los mortales conocen de "pe a pa" y asumir que ahora te toca a ti coger las riendas de ese caballo emocionante y ya curtido en mil batallas del que mucha gente habla.
Algo así me
sucedió con Ragged Glory. Hace más de 5 años ya, en el meridiano de su
andadura, me sedujeron para ver a los gloriosos Dogs D’amour en la Sala Caracol
en Madrid allá por febrero de 2013. Entre los personajes que pudimos disfrutar
de semejante torbellino en directo se encontraban algunos ilustres blogueros
como Tyla DeVille, Savoy Truffle, Lu (luluonthebridge) o el susodicho Gonzalo.
Un rato después comentando la jugada del concierto entre garito y garito de
Malasaña no podía parar de preguntarle. Gonzalo lo mismo te hablaba del mítico
concierto que vio de The Cramps con Motorhead de teloneros en el cual casi
colapsa de emoción como de lo ególatras que eran la mayoría de personajes del
mainstream que se autoproclamaban artistas. Como una tela de araña me atrapó lo
gran conversador que era y sobre todo el jodido entusiasmo y fe que le ponía a
cada coma y tilde que salía por su boca. Como es normal al día siguiente estaba
devorando su blog.
Lo que allí había
era un fiel reflejo de su autor. Como un knockout en cada post. Directo, a la
mandíbula y certero. También rápido. No había entradas de más de 5 párrafos.
Está el guitarrista onanista que se quiere lucir y hace un solo de guitarra de
diez minutos y está el hacha que solo quiere comunicarte algo instantáneo para
que lo que luzca sea la canción y el global de la música. Gonzalo era Chuck
Berry en vez de Yngwie Malmsteen, no había duda. Y el rango dinámico de su conocimiento
era y es apabullante. De los New York Dolls a Miles Davis; de Los Enemigos a
Sam Cooke; de The Soundtrack of Our Lives a los New Bomb Turks! Con buena prosa, ritmo, enciclopédico,
irónico y mordaz. Ni que decir tiene que poco después ya asaltaba el
apabullante "En los antípodas del día", un libro de su autoría que pone los
pies en la tierra a los idealistas como él con una buena dosis de realidad, no
exento de mala baba pero con mucho corazón y bastante sentido común, algo muy
necesario y deficitario en los tiempos que ahora vivimos. ¡Imprescindible!
En definitiva…
Ragged Glory cumple una década mostrándonos brillantes fragmentos de la
arqueología musical, con unos textos que son lo más parecido a un noticiario
que no miente o a un disco que nunca te cansas de pinchar. Textos desde las
entrañas y desde el entusiasmo que desprende alguien que cree en lo que escribe
sin tapujos y sin artificios. No hay hipérboles ni circunloquios baratos. Hay
claridad, entusiasmo y autenticidad. Y además ha conseguido cultivar mucha
buena música en el corazón de cientos de personas. Diez años haciendo esto no
solo es meritorio sino emocionante. Por todo ello, Gonzalo, ¡gracias!
Felicidades por estos diez años tan bien cumplidos y larga vida a este tu blog,
Ragged Glory.
NOTA: Lorbada es el autor del blog Búnker Sónico.
NOTA: Lorbada es el autor del blog Búnker Sónico.
¡Hola Lorbada!, cuanto tiempo... O estás en otra dimensión o no soy capaz de leerte en tu Bunker Sónico, lo cual, déjame decírtelo, es una putada gratuita al personal. Excelente texto, por otra parte.
ResponderEliminarAbrazos a ambos,
JdG
Lorbada tiene el blog en vía muerta hace bastante, Javier, lo cual es una pena.
ResponderEliminarAbrazos.
Yo he llegado más tarde todavia ja ja pero dicen que nunca es tarde si la dicha es buena, ¿verdad?
ResponderEliminarPor muchos años, Ragged Glory.
Y qué bueno que llegaste, Jep. Muchas gracias y un abrazo.
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