Nos remontamos al año 1949 y los inicios de la carrera de Ray Charles con este delicioso single en el que el jazz y el R&B son la misma cosa y la influencia de Nat King Cole es evidente. Grabadas por el McSon Trio (reconvertido por error en el Maxin Trio que es acreditado), I Love You, I Love You (I Will Never Let You Go) y Confession Blues (más orientada ésta hacia el género que su título explicita) son puestas en escena por la voz y el piano de Charles, la guitarra de G.D. Mckee y el contrabajo de Milton Garred (escrito también Garret o Garrett), canciones breves del genio de Georgia —formato obliga— que se expresan con moderación y sobriedad. Música muy hermosa, ya clásica, la intrepretada junto con sus acompañantes antes de que la fama atrapara al invidente y su eterna sonrisa.
Gran artista Ray Charles y creo, además, que pese a su innegable importancia está falto de reivindicación últimamente.
ResponderEliminarEsas grabaciones de los últimos años 40, coincidentes con las de las estrellas del bebop y maestros coetáneos del blues sureño, son auténticas joyas de la música contemporánea.
Un hurra también por los más destacados sellos discográficos de aquellas épocas.
Abrazos,
Un grande sin duda, Ray Charles. Muy oportunas esas coincidencias que señalas, Javier. Habrá que remontarse incluso antes para hablar de genios como Robert Johnson, acabo de comprobar que nunca he tratado su música en el blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
Totalmente de acuerdo en esa fusión entre jazz y blues que muy pocos supieron hacer tan bien como el señor Charles. Y también de acuerdo en lo que dice Javier, que está "falto de reivindicación"; no últimamente, sino durante casi toda su carrera salvo excepciones aisladas como "What'd I say" y algunas piezas más.
ResponderEliminarSupongo que eso se debe precisamente a su vocación, digamos, "crossover": a la gente le gusta tener a los músicos compartimentados. Cualquiera de los tres Kings en el blues, o los seis o siete nombres míticos en el soul, o sus equivalentes en el jazz clásico parecen estar más valorados que un músico que supo jugar con esos tres estilos -como mínimo- y demostró una categoría y una solvencia impresionantes. Pero ya digo, si no eres fácil de etiquetar lo tienes crudo.
Pues tendremos que reivindicarle nosotros, amigo Rick. Siempre pasa eso con los artistas difíciles de etiquetar, como decían de Motörhead, demasiado punk para los heavies, demasiado heavy para los punks. Las clasificaciones pueden venir bien para informar o describir, pero nunca para aherrojar.
ResponderEliminarUn abrazo.