lunes, 24 de junio de 2024

Blowin' Your Mind!

El debut de Van Morrison tiene en su contra varios factores que a priori no le favorecen, pues Blowin' Your Mind! (1967) no fue un elepé concebido como tal por su autor sino por su productor Bert Berns; su título y portada aluden a un supuesto contenido psicodélico a la sazón en boga y pujante y en la discografía del irlandés es sucedido por los extraordinarios Astral Weeks y Moondance. Teniendo en cuenta estas consideraciones o salvedades, pinchamos el disco y suena Brown Eyed Girl, el precioso y universalmente conocido clásico pop: cualquier reticencia es entonces soslayada por la nostálgica inmediatez de unos ojos castaños y la cascada de recuerdos a las que nos arrastran y uno de los coros onomatopéyicos más pegadizos que existan. No va a seguir este camino el álbum, sin embargo. He Ain't Give You None y, más aún, la extensa T.B. Sheets escenifican una amalgama a fuego lento de folk, soul y blues que preludian lo que vendrá en el segundo trabajo de Van Morrison y que alejan sin vuelta atrás al autor de Hard Nose The Highway del periodo Them. Spanish Rose sigue un patrón parecido al de Brown Eyed Girl pero utilizando un sonido cercano al folclore festivo sudamericano y africano. Escrita por Berns y Wes Farrell, Goodbye Baby (Baby Goodbye) es un buena pieza de R&B que antecede a Ro Ro Rosey, blues rock que supone el momento más potente del elepé y —ciertamente— una excepción en él. Who Drove The Red Sports Car retoma la estela pausada de He Ain't Give You None y T.B. Sheets, si bien escorándose aquí explícitamente al blues. La archiconocida, archiversionada y tradicional Midnight Special concluye Blowin' Your Mind! con una buena lectura de Van Morrison… y de los instrumentistas que le acompañan. Músico de sesión no tiene por qué ser sinónimo de mercenario desalmado, como demuestran cuando les corresponde las guitarras de Eric Gale, Al Gorgoni y Hugh McCracken, el piano de Paul Griffin, el órgano de Garry Sherman, el bajo de Russ Savakus, la batería de Gary Chester y los coros de las Sweet Inspirations. Todos al servicio de esa esplendorosa y sin igual voz de Belfast que pisaba el primer peldaño de su (que diría Led Zeppelin) escalera al cielo.



7 comentarios:

  1. Favoritísimo, tiene toda la esencia de Them. Abrazos.

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  2. Aunque queden ecos del pasado, yo creo que aquí se aleja Van Morrison de Them, Juanjo, y abre el camino a "Astral Weeks".

    Un abrazo.

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  3. Me introduje en la música del de Belfast con sus posteriores mencionados, "Astral Weeks" y "Moondance", este su primer título apenas lo conozco, salvo por alguna canción suelta que otra. Independientemente, el chico "apuntaba maneras" ya con Them y, como deduzco de la entrada y comentario con Adi, esta su primera obra puede ser considerada como de "transición", aunque aparentemente se encuentra más dictada por su productor de entonces.
    Abrazos,

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  4. No es "Astral Weeks" o "Moondance", Javier, pero sí que merece la pena el debut del irlandés.

    Un abrazo.

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  5. Solo TB Sheets ya vale por discografias enteras .. un discazo que, vale, no es ni Moondance ni Astral Weeks, aunque no va tan lejos. Saludos,

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  6. El Morrison anterior a "Moondance" me costó pero una vez que entré en él me fascinó. Ruptura con Them y búsqueda de las coordenadas de su mágico "Astral Weeks" podría ser un resumen de este álbum. Además contiene "T.B. Sheets" que es junto a "Beside You" las dos primeras canciones de las que me enamoré en el recopilatorio "T.B. Sheets" que fue lo primero que tuve entre mis manos firmado por Van Morrison. Un firme primer escalón hacia el cielo.
    Abrazos.

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  7. Sin duda, J. Hay que reivindicar la canción y el disco.

    Muy de acuerdo, Jorge, ya se adivinan bastantes cosas en este primer disco y, de todos modos, vale mucho por sí solo.

    Abrazos.

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