jueves, 19 de febrero de 2015

A Night With Lou Reed

Cubierto por la misma formación que ha registrado The Blue Mask y Legendary Hearts y grabará el doble en vivo Live In Italy —cambiando a Fred Maher por Doane Perry a la batería en el primero de los trabajos nombrados—, A Night With Lou Reed recoge en 1983 al maestro neoyorquino y su banda en el Bottom Line de Greenwich Village, el barrio donde la Velvet Underground dio sus primeros pasos. La edición en DVD de 2000 que tengo en casa —el vídeo original se publicó en 1991— suprime los comentarios de Reed entre canción y canción, así que las imágenes de Clarke Santee —no especialmente brillantes— se centran en los trece temas y sus sesenta minutos de duración, excepto un pequeño prólogo y epílogo en los que vemos al autor de Berlin en los camerinos.

Impulsado por el impagable Fernando Saunders y Fred Maher y galvanizado por las guitarras de Reed y Richard Quine, el cuarteto —lleno de funk y groove— suena robusto y muy conjuntado, garantizando que tanto los temas de la Velvet como los propios de los setenta y los ochenta se sumen sin fluctuaciones perversas. Los cortes extraídos del magistral y mencionado The Blue Mask (Women, Waves Of Fear) se equiparan a clásicos como Sweet Jane, I'm Waiting For The Man o Satellite Of Love, mientras que Martial Law o Turn Out The Light (del también nombrado Legendary Hearts) acompañan dignas a New Age o Walk On The Wild Side. Quine y Reed extraen pura electricidad rock de sus instrumentos, creando pasajes de enorme intensidad en los que la sensibilidad y la crudeza son indisociables en la captura de la emoción y la belleza. Es un grupo, éste de Lou Reed, realmente magnífico, para mí igual de apreciable que los responsables de sus míticos y formidables directos de la década anterior. La intimidad de un club como el Bottom Line realza sus cualidades potenciadas por la cercanía del público (entre el que hallamos a Andy Warhol), calor humano que los músicos devuelven a los espectadores en una continua realimentación para la que los locales de pequeño o mediano aforo son más propicios que los grandes.


Dicha cercanía, dicha humanidad adquieren su máxima expresión las veces en que Reed se acerca al amplificador a solucionar algún problema con su guitarra, sin que ningún roadie lo haga por él. Nimio detalle, dirán, pero que habla de un artista pegado al suelo —sin sentimentalismos o traducciones políticas— a pesar de que su obra sea igualada por muy pocos en la historia del rock, ya que superarla, nadie la supera. El repertorio de A Night With Lou Reedla categoría con la que es puesto en escena incluida— es un buen ejemplo.

9 comentarios:

  1. No conozco este live, pinta bien, intuyo un buen momento en el Neoyorquino, teniendo en cuenta lo que nos deparaba en disco meses después.
    Además de la cercanía que comentas propia de un club, muy apropiado para la idiosincracia de Reed.
    Lo busco.
    Abrazo.

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  2. Habrá que buscarlo, pues, que se me escapó por completo. Tengo curiosidad por lo comentado sobre cercanías (obviando la barbaridad del tracklist, claro) y por pertenecer a ese periplo -más maltratado por lo general a nivel documentaciones que otros del genio- ya que, para resumir: "a pesar de que su obra sea igualada por muy pocos en la historia del rock, ya que superarla, nadie la supera", es algo para mi marcado a hierro en el rock and roll heart.
    Abrazo, Gonzalo.

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  3. Es buenísimo, Addi. Si te gusta "Live In Italy" no te defraudará.

    Por supuesto, Guzz, Velvet + Lou en solitario al mismo nivel que Beatles, Stones o Dylan sin niguna duda.

    Abrazos, majos.

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  4. Desconocido también para mí este DVD. A resaltar el pedazo de banda que manejaba entonces Lou, con un fabuloso Quine y un no menos despreciable Saunders. Ese comentario que haces de cercanía del artista con su público en los locales pequeños, me recuerda el ambiente que también debió existir en las grabaciones en vivo de su "1969" en Texas y San Francisco, cuando se escuchan nítidamente las conversaciones de los espectadores y los monólogos del artista.
    Abrazos,
    JdG

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  5. Una banda fabulosa, Javier. Es buena tu comparación, no sé si este directo es tan, tan bueno como el inmortal "1969", pero la cercanía ahí está.

    Un abrazo.

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  6. He de reconocer que mi desconocimiento de esta etapa Reediana me hizo desconfiar del contenido, por no hablar de lo horteras que aparecen los tipos. Un visionado sirvió para desmontar mis prejuicios, principalmente por un soberbio Quine, en un pedestal desde entonces para mí.

    Un abrazo Mr. Aróstegui.

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  7. Horteras son mucho, pero la música se lo perdona, Marce. Efectivamente, Richard Quine se sale. No sé si conoces la pasión de Quine por el Miles Davis eléctrico, por cierto, creo que "Get Up With It" era su disco favorito.

    Un abrazo.

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  8. Quine esta que se sale en esta epoca .... aunque no sere yo quien se queje del Mike Rathke posterior. Saludos

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  9. No se puede quejar Reed de guitarristas, la verdad, J.

    Saludos.

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