siempre núbil, siempre
casado.
Nunca hambriento, nunca
satisfecho,
nunca entero, nunca
deshecho.
Nunca de pie, nunca
sentado,
siempre alerta, siempre
despistado.
Nunca lato, nunca conciso,
nunca insurgente, nunca
sumiso.
Nunca abierto, nunca
cerrado,
siempre sabio, siempre
iletrado.
Nunca esquina, nunca
centro,
nunca fuera, nunca dentro.
Nunca querido, nunca
odiado,
siempre libre, siempre
atado.
Nunca falso, nunca cierto,
nunca vivo, nunca muerto.
con esa ambivalencia que nos caracteriza a todos, todos... salu2...
ResponderEliminarAunque el "Tanto por ciento" del título quizá determine niveles, JLO.
ResponderEliminarAbrazos.
La gran contradicción de la vida puesta de manifiesto. Ahí radica, para algunos, su gran valor. Vivir entre dos aguas, y ser consciente de ello, refuerza mi visión del hombre como mero superviviente, muchas veces alejado de ser protagonista de su propia vida.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
¡Cuántas veces alejado el hombre de ser el protagonista de su propia vida!
ResponderEliminarUn abrazo, Javier.
Así hay muchos, grandmaster. Lo normal en algunos aspectos es estar en el medio. Algunos lo están siempre, como el jueves. Un lujo leer tus versos. Abrazo grande.
ResponderEliminarMuchas gracias, Johnny. Un gusto que los aprecies.
ResponderEliminarAbrazos.