lunes, 13 de junio de 2016
Fair Warning
¡Dios, cómo han cambiado las cosas! Fair Warning, el cuarto elepé de Van Halen de 1981, fue un fracaso ¡por vender solo dos millones de copias en Estados Unidos! Cuántos grupos matarían hoy por vender esa cantidad de discos no ya en el país de John Steinbeck, sino en todo el mundo. Tampoco la crítica fue muy halagüeña con la banda de los hermanos Van Halen, situando el trabajo por debajo de la magnífica trilogía con la que había iniciado su carrera. Quizá no dispusiera Fair Warning de ganchos comerciales como los que sí tenían sus anteriores álbumes; seguro que la portada —un montaje de varios detalles del desasosegante cuadro de William Kurelek The Maze— no desprendía la cachonda despreocupación de las de aquéllos; ni, por supuesto, las letras tenían el sentido del humor de las canciones antiguas…; pero de lo que no cabe duda treinta y cinco años después de su publicación es de que estamos ante un disco excelente, un espectáculo musical de la misma envergadura (o casi) de los que le han precedido. La banda muerde al interpretar los temas, en especial un Eddie Van Halen que se deja la piel tocando su guitarra, sonando más potente que nunca mientras ataca las brillantes composiciones de David Lee Roth, Michael Anthony, Alex y Eddie Van Halen que ellos mismos ponen en escena. A excepción de Sunday Afternoon In The Park —breve instrumental en el que Eddie experimenta con el sintetizador que tanto juego le dará en 1984— y la templada Push Comes To Show (o cómo sonaría The Police si fuese Van Halen), el plástico da fe de una energía desatada, rock and roll metalizado y festivo que pareciera desdecir la mayor oscuridad conceptual del elepé y las tensiones crecientes entre el cantante y el guitarrista del cuarteto. Sea como fuere, la calidad de Fair Warning no se puede discutir y sorprende que todavía haya quien no lo sitúe entre lo más granado de la banda, es decir, junto con la mayoría de grabaciones que ésta hizo con David Lee Roth al frente. A finales de los setenta y principios de los ochenta, muy pocos estaban a su altura
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Nunca he conectado con Van Halen pero efectivamente los tiempos han cambiado, las cifras de ventas actuales estan a años luz de decadas pasadas y hoy dos millones de copias es un éxito incuestionable para cualquier banda.
ResponderEliminarUn abrazo.
De siempre Faor Warning ha sido mi disco favorito de VH. Es simplemente... arrollador!!
ResponderEliminarAsí es, Addi, dos millones de copias hoy no las vende casi nadie.
ResponderEliminarYo me quedo con los dos primeros, M.A.V., pero muy de acuerdo con lo de arrollador.
Abrazos.
Me ocurre igual que a Addi, Van Halen nunca me han dicho nada, por no saber de la banda no se ni cómo suenan. Como siempre me habré perdido algo, y por lo que leo en tu entrada, parece que no deja de tener su valor. Pienso que VH es una banda que ha habido que conocer muy de adolescencia o inmediatamente después, debe poseer esos riffs que convierten el sarpullido en rebeldía. Si no viví la banda en su momento ya es difícil que me motive conocerla.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Yo llevo con el grupo desde los dieciséis tacos, Javier, fue en 1987 cuando adquirí su segundo plástico en una tienda de Pamplona que ya no existe. Puede que tengas razón, aunque también creo que la calidad de su música es mucha.
ResponderEliminarAbrazos.