lunes, 27 de noviembre de 2017
Mantra Of Love
Miembro destacado de la escena japonesa aplicada a la música más extrema y autor de una obra pantagruélica, Acid Mothers Temple And The Melting Paraiso U.F.O. (también llamado de otras maneras) publicaba en 2004 Mantra Of Love, colosal muestra de su arte que ponía en el mercado el sello canadiense Alien8 Recordings. Compuesto por solo dos piezas, el disco se abre con La le lo, canto tradicional occitano que es llevado a la media hora y convertido a la vanguardia atonal que nace en Viena y añade —por el camino y en el ámbito de la cultura popular— free jazz, psicodelia, kraut, space y noise rock. Lo que empieza como un intenso mantra repetido por una Cotton Casino a punto de dejar el grupo se va desplazando hacia el encarnizamiento sonoro que acaba dominando por completo el tema. La intensidad que alcanza el quinteto de Kawabata Makoto en el último tercio es tal —hija de la de Ascension o The Diamond Sea— que puede resultar dañina para aquel oyente que, relajado en su sofá, espere armonías afectadas y ritmos relamidos que no modifiquen su plúmbea y predecible percepción sensorial. Justamente la mitad, quince minutos, dura L'ambition dans le miroir, original de la banda que asimismo comienza siendo cantado por Casino para acabar viendo reducido a cenizas su motivo melódico. No tan denso ni duro como su compañero de viaje, el segundo de los cortes gravita igualmente en torno a la improvisación y el trance cósmico, psicotrópico y alucinatorio. Voz, bajo, batería, percusión, sintetizador, guitarra, violín, sitar eléctrico, órgano y bouzouki son —por último— los instrumentos encargados de elaborar la radical propuesta del álbum, indiferente a listas de ventas, himnos o empatías fáciles; es decir, consecuente con sus creadores, que en Mantra Of Love daban con un nivel estratosférico.
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Apenas tengo referencias de Acid Mothers Temple, las típicas de algunas revistas y comentarios de gente muy metida en el ámbito del rock más sushi-vitamínico. Además, siempre he considerado a los japos como gente capaz de destacar clonando pero, sin que ello signifique una percepción negativa y universal, tampoco demasiado puestos en el ambiente musical que me gusta. Me llaman poderosamente la atención frases como "vanguardia atonal" (esa referencia a Viena promete felices horas de investigación...), "encarnizamiento sonoro", "improvisación y trance cósmico, psicotrópico y alucinatorio"..., lo cual me empuja hacia una consideración general de obra que araña cristales, o cuando menos, que se pueda salir del infeliz ejercicio de sacarla muy de vez en cuando de la estantería.
ResponderEliminarMe interesa la última foto. Informe Vd., haga el favor.
Abrazos,
JdG
En Japón hay grandes grupos de rock de todo tipo, Javier, Thee Michelle Gun Elephant para empezar. El álbum de Acid que comento es una jodida maravilla, te lo recomiendo casi que obligatoriamente (espero que mi texto, en especial las palabras que entresacas, te anime). Lo de Viena es una referencia general que creo venía al caso, nunca está de más recordar la enorme influencia y el inconmensurable legado de Schönberg, Webern y Berg. La última foto es parte del envoltorio del álbum, me intriga igual que a ti, pero poco sé al respecto. Me atrevería a decir que la portada, por otro lado, es una foto de una serie de paisanos occitanos, aunque igual meta la pata.
ResponderEliminarAbrazos.