lunes, 25 de noviembre de 2019

Candy Apple Grey


El movimiento de Hüsker Dü a una multinacional como Warner es un paso más en el alejamiento del hardcore con el que el trío de Minesota se iniciaba en el rock a principios de los ochenta. Aparece así Candy Apple Grey (1986) como parte de una evolución lógica en un breve espacio de tiempo que la escucha de Everything Falls Apart, Zen Arcade, New Day Rising y Flip Your Wig confirma. Del hardcore a eso que se llamará rock alternativo, padre del independiente de la década posterior, el viaje del grupo de Bob Mould, Greg Norton y Grant Hart es muy similar al de sus paisanos los Replacements, y la modificación de su morfología estética responde a criterios artísticos que el cambio de un sello pequeño a otro mayoritario no condiciona. Quizá todavía quede alguien por ahí que piense que ambos grupos se vendieron, pero solo el desconocimiento del conjunto de su obra, la desidia analítica o los prejuicios pueden llevar a semejante conclusión.


Sirvan las consideraciones hechas en el párrafo anterior para defender el quinto disco en estudio de Hüsker Dü, que entra a matar con Crystal. La inmediatez noise punk la mantienen los tres caramelos melódicos que se yuxtaponen: Don't Want To Know If You Are Lonely, I Don't Know For Sure y Sorry Somehow; caramelos por lo gozoso de su musicalidad (más cercana al garage rock la del último corte), no por la enjundia existencial y filosófica de unas letras duras que abordan la resaca del desamor, la incertidumbre, el perdón y el cargo de conciencia. La electricidad da paso al recogimiento acústico de Too Far Down, donde la depresión y la angustia sobre las que se erigirá toda la generación grunge aparecen dibujadas con radical fatalidad. La desesperación y la tristeza se mantienen en Hardly Getting Over It, seis minutos que prefiguran a Temple Of The Dog y Pearl Jam (para que se hagan una idea), y en los que la guitarra acústica y los teclados tienen un papel muy destacado. Dead Set On Destruction y Eiffel Tower High vuelven a apostar por el rock y la distorsión antes de que No Promise Have I Made pinte un baladón con todas las letras (voz, teclados y platos de la batería como protagonistas únicos hasta que el tema se acelera en su parte final) que sigue afirmando el tono oscuro del elepé. All This I've Done For You retoma la fórmula guitarra-bajo-batería como colofón para que la duda, la amargura y el desconcierto vital no nos dejen hasta el último momento de Candy Apple Grey, penúltimo trabajo de una banda a la que solo le quedaban dos años de existencia pero cuya influencia es rastreable todavía en muchos grupos de la actualidad.

10 comentarios:

  1. Un disco cinco estrellas, según mi muy subjetivo punto de vista, y es que supusieron un auténtico aldabonazo cuando lo escuché. Fue la primera adquisición de la banda y, ya absolutamente hechizado, me fui haciendo con toda su discografía. La fortaleza de su estilo hardcore se transmite entre todos los surcos del disco, una instrumentación despiadada, llena de emociones, incluso en sus baladas, repletas de viento frío. Las obras posteriores de Hart (con su maravilloso Nova Mob) y Mould (del que soy fiel seguidor) recogen ese universo brillante y agridulce que crearon en la banda madre.
    Abrazos,

    ResponderEliminar
  2. También fue mi primer Hüsker Dü, Javier, y, sí, un disco excelente dentro de una discografía sin mancha que de "Zen Arcade" en adelante convierte al trío en uno de los grandes de su tiempo. Muy bueno eso del "viento frío" de sus baladas, me lo quedo. No he seguido a Hart y Mould en solitario, cosa de la que me arrepiento, la verdad.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  3. Este fue mi primer disco de husker y sería mi predilecto junto a "flip your wig" de no existir el poderosísimo doble de despedida. Magnífica la equiparación con los de Westerberg, sin duda, ya que mientras los Mats llevaron el punk-rock de corte más clásico (o ramoniano, para entendernos todos) a nuevos terrenos que a la postre serían la cuna del posterior indie rock, Mould y cia hicieron lo propio pero desde modos mas afines a la verbena hard core del tipo minor y demas. Gran texto y recuerdo para una banda sin la que no se entenderían muchas cosas, en definitiva.
    Abrazo !

    ResponderEliminar
  4. Gran trilogía tu favorita, Guzz, ¡menudo final de carrera! Muy de acuerdo con tu reflexión y muchas gracias por lo del texto, Hüsker Dü es una de las bandas, creo, que más solemos (injustamente) olvidar.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  5. Muy buena reseña de uno de mis discos fetiche, Gonzalo!

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias, Juanjo, un gusto tenerte por aquí.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  7. Como Guzz yo también descubrí al grupo con este disco, por lo cual le tengo un cariño especial.
    Por comentar, el último disco -de este mismo año- de Bob Mould me gusta bastante.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  8. Creo que muchos descubrimos a Hüsker Dü con "Candy", Addi. No he seguido a Mould en solitario, fallo mío.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  9. Muy buena reflexión, Hüsker Dü siempre supieron tocar teclas muy emocionales en sus canciones

    ResponderEliminar
  10. Muchas gracias, Nestortxo. Sí, sus letras tenían mucha miga y la música no se quedaba atrás.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar