Cuando la fama le volvía a sonreír, llegó la parca y cortó la vida de Roy Orbison con cincuenta y dos años. Todavía tuvo tiempo para ver publicado el primer disco de los Traveling Wilburys, pero no conoció el éxito de Mistery Girl (1989), excelente trabajo póstumo al que el exceso de colaboradores no dañó. No asoma por ningún lado la temida dispersión y Orbison firma una despedida feliz y emocionante donde su fantástica y personalísima voz vuelve a ser la protagonista de la función.
Escrito por Orbison, Tom Petty y Jeff Lynne y producido por éste, You Got It es un single perfecto que trae a la cabeza la mítica Oh Pretty Woman para recordarnos que el autor de In Dreams pisa su terreno aunque el sonido se haya modernizado. Richard Kerr y Will Jennings son los compositores de In The Real World, folk y pop orquestados que producen Orbison, su esposa Barbara y Mike Campbell. (All I Can Do) Is Dream You da paso al rock and roll (o rockabilly) de la mano de la partitura de Billy Burnette (de casta le viene al galgo) y David Malloy y con T-Bone Burnett en los controles. Balada conmovedora donde las haya, A Love So Beautiful vuelve a ser producida por Lynne sin que sus maneras algo ampulosas dañen el resultado final de un tema de Orbison y su productor. Los mismos nombres que encontramos en You Got It están en California Blue, pop de cierto regusto country que cierra deliciosamente la primera cara.
The Edge y Bono (éste también produce) regalan a Orbison un She's A Mistery To Me que en manos de U2 no hubiera sido tan hermoso. Continúa girando la segunda cara gracias a The Comedians, luminosa pieza pop escrita por Elvis Costello y producida por Burnett. Rock, country y soul (esos Memphis Horns) se alían magníficos en The Only One, una composición de Craig Wiseman y Wesley Orbison, hijo de Roy. El pop evocador, hasta pictórico, de The Windsurfer —el mundo del surf como poética metáfora vital—, diseñado por Orbison y Bill Dees, es la antesala del final de un elepé y de una carrera, toda una vida dedicada a la música. No puede uno desvincular el ataque cardiaco que acabó con Roy Orbison con el Careless Heart de éste, Diane Warren y Albert Hammond. Quizá caprichosa, la relación queda establecida siempre que escucho este último corte (al igual que los dos que le anteceden producidos por Orbison y Campbell), el décimo de una colección a la que no veo pegas que poner a no ser que seas un cascarrabias o un amargado in aeternum. Para mí, Mistery Girl solo es sinónimo de bienestar y alegría. Y de agradecimiento a su creador.
NOTA: Esta entrada está dedicada a mi querida Sara, con la que me caso en breve.
Hola Gonzalo.
ResponderEliminarEscuché mucho a los Traveling Wilburys, y bastante los discos clásicos del bueno de Roy. Pero creo que este disco no lo escuché completo, You Got it claro que si.
Felicitaciones por el anuncio de casamiento. Que vaya todo bien!
Abrazos
Pues seguro que te encanta, Frodo. Muchas gracias, ya no queda nada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Recuerdo perfectamente la repercusión del disco, incluso reconozco que conocí a Orbison con aquél disco póstumo.
ResponderEliminarAbrazos.
A mí me pasó lo mismo, cuando se publicó yo tenía diecisiete años. Recuerdo que salió a la vez que el "New York" de Lou Reed y que grabé ambos elepés en casete, pues los había comprado el hermano de un amigo.
ResponderEliminarAbrazos.
Casi todos empezamos a indagar con Roy Orbison por este artefacto. Abrazos.
ResponderEliminarAsí es, Juanjo.
ResponderEliminarUn abrazo.