jueves, 22 de enero de 2015
Chuck Berry Is On Top
Si algún elepé hubiera de erigirse como biblia del rock and roll, no me cabe duda de que el tercer álbum de Chuck Berry (Chuck Berry Is On Top, 1959) debería ocupar ese lugar. Cierto que la pugna con las grabaciones pioneras de Elvis, Jerry Lee Lewis, Little Richard, Buddy Holly, Eddie Cochran o Gene Vincent sería dura en el plano artístico, pero ninguna colección de canciones plasma de manera tan evidente y perentoria lo que es la arquitectura básica de la música del diablo, de la que surgirán todos (he dicho todos) los sonidos que, de Beatles a EL&P, de la Velvet a MC5, de Alice Cooper a Motörhead, de Roxy Music a los Sex Pistols, conformarán la conocida como era del rock and roll.
Chuck Berry Is On Top recopila temas registrados entre 1955 y 1958, algunos de ellos singles definitivos para fijar el estilo de Berry y conocer el tipo de riff de guitarra que, copiado y reinventado sin cesar, seguiremos escuchando —sobado y reiterativo por lo general— en discos alumbrados este mismo 2015. Carol, Maybelline, Sweet Little Rock & Roller, Little Queenie, Roll Over Beethoven, Around And Around o, sobre todas, Johnny B. Goode (candidata a mejor canción de siempre) llevan en sus acordes y en sus letras el germen de lo que será, pero siguen portando la belleza y la poesía inigualables de un artista que pone en pie un universo nuevo —sin ser consciente de hasta dónde llegará—, partiendo del legado del blues y el rhythm and blues por él aprehendido y transformado. Chuck Berry agarra la tradición afroamericana, sumando la del country y otras, y, sin romperla, la llena de pequeños matices melódicos y líricos que la modernizan y la hacen más acorde a los nuevos tiempos surgidos en Norteamérica tras las Segunda Guerra Mundial: los tiempos del adolescente que quiere divertirse y olvidarse de espantosas contiendas bélicas a una escala masiva.
El elepé finaliza con dos cortes en los que Berry graba todos los instrumentos —Hey Pedro (una pequeña rareza en la que la extraña percusión tiene un peso importante) y Blues For Hawaians (un instrumental que suena a lo que su título indica)—, diversificando el discurso tajantemente rocker de un álbum, Chuck Berry Is On Top, sin parangón como modelo inmaculado del género que preconiza y una de los pilares de la cultura y el arte del siglo XX. A partir de entonces, ya nada sería igual.
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muy interesante... y te creo que digas que es el germen de todo lo que vino después... el rock de Elvis era muy light musicalmente para ser una influencia decisiva, su imagen y actitud si lo fueron...
ResponderEliminareso seria el gran ideal rockero de esos años: Elvis con las canciones de Berry no? salu2...
Completamente de acuerdo en tu primer párrafo, una biblia de rock&roll, muy cercano al blues pero también al country, identificador de los anhelos vitales de la juventud de los cincuenta y antesala de la invasión que estaba por venir del otro lado del Atlantico, una obra maestra absoluta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Musicalmente la influencia de Berry es mayor, pero la obra de Elvis es igual de extraordinaria que la de Berry. Cierto, no obstante, lo que dices de la imagen y la actitud, JLO. Ahí tienes a Elvis cantando a Berry:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=-7ATrL5fN_g
Así es, Addison. Fue un soplo de aire fresco que ahora es ya música clásica.
Abrazos para los dos.
Claro que sí. Y ahí está, con sus 90 años dando recitales todavía. Fuerza y energía, rock n roll puro. Imposible entender la segunda mitad del siglo XX sin él. ¡Un abrazo, Gonzalo!
ResponderEliminarMás de medio siglo contempla estas canciones y aquí siguen: inmaculadas y eternas. Un goloso festín como el postre de la portada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Imposible, Alex, su influencia es mucho más que musical, claro.
ResponderEliminarEternas, Agente, eternas. Son ya música clásica, como le decía al amigo Addison.
Un abrazo.
Totalmente de acuerdo, disco fundamental y clave en la historia del rock 'n' roll.
ResponderEliminarTony Judt, cuando le preguntaron cuáles eran en su opinión los tres activos más poderosos de Estados Unidos, no dudó en citar a "Thomas Jefferson, Chuck Berry y The New York Review of Books".
De esa clase de grande estamos hablando.
Bien lo sabes y bien lo corroboras con palabras. Sin duda uno de los más grandes pilares, sin él tantas cosas no habrían pasado. Me encanta este disco, también lo sabes. Abrazo.
ResponderEliminarDefinitivamente uno de los pioneros, sus frases, sus riffs han sido y siguen siendo inspiradores de montonazo de guitarristas...
ResponderEliminarAbrazo.
En un texto certero y conciso has dado en el clavo al señalar a este patriarca de rock ´n´roll , de una intuición para la falda y para entrever lo que se cocía a su alrededor sin rival , la manera en que supo capturar en un riff los deseos de juventud del momento moviéndose a la perfección como un camaleón con pedigrí; interesante situarse en el contexto de aquellos años , más rompedor imposible ; yo estos días ando liado con St. Louis to Liverpool , una auténtica pasada .
ResponderEliminarAprovecho para preguntar si alguien sabe en qué disco aparece su tema Fish and Chips , mi gratitud anticipada a quien pueda informarme.
Abrazoss desde la ribera !
Jesús cierzo, "Fish and Chips" está en "Back Home", el LP con el que regresa a Chess Records después de haberse largado a Mercury tras grabar "Fresh Berry's".
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Nacho , eres muy amable al haber despejado mi duda tan rápidamente ; la tengo en una cinta de cassette basf del año chinchin y quería rescatarla en condiciones . Gracias de verdad.
ResponderEliminarMe quedo con todo el texto pero ese hincapié en dejar diáfana constancia que de aquí salen tantas cosas que no hay saco donde meterlas es de diez por lo justo y necesario . Lo de este hombre y Ricardín es el step one de esto del R'n'R, y si no es así -que para mi sí- poco menos. Abrazo guzzero.
ResponderEliminarAhí estamos, Nacho. No iba desencaminado Judt, solo le faltaba haber añadido a Noam Chomsky para completar el cuadro. Inmortal la grandeza de Chuck Berry.
ResponderEliminarBien sé que te gusta, Johnny; recuerdo que lo destacaste en tu repaso a los mejores discos de los cincuenta.
Imitados hasta la saciedad, sus riffs, Aurelio.
Tu sabiduría ilumina esta casa, querido Jesús. Impresionante "St. Louis", uno de sus mejores discos, y rindiendo a tope en los sesenta. Veo que Nacho ya ha contestado a tu duda sobre tan hermosa canción.
Abrazos.
Me parecía muy necesario destacarlo, Guzz. Little Richard y Chuck Berry son el rock and roll, tienes toda la razón: ¿quién si no?
ResponderEliminarAbrazos.
Madre mía qué discazo. El Santo Grial del rock. Aquí no hay medias tintas. Puede ser el disco que más guitarristas y músicos ha influido en la historia de la música. Gente como Keith Richards o Joe Perry lo mencionan como una epifanía.
ResponderEliminarAbrazo
Para mí Chuck es el auténtico rey, el elegido de los dioses para ocupar la cima olímpica. El sonido inconfundible de su Mosrite, la telúrica fuerza de su voz, la eterna energía de sus canciones hacen de él referencia obligada para todos los amantes de la música. Entre todos los grandes de los 50 (Elvis, Little Richard, Jerry Lee, Buddy, Gene, Eddie, Carl Perkins...) fue mi primera elección, y ahí sigue, en el pedestal de los inmortales.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
La revelación que tuvieron Richards y Perry, Lorbada, también la tuve yo con Berry y con los Stones, recuerdo muy bien descubrir su música y quedarme impresionado.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Javier, aunque si tuviera que elegir un solo disco de los cincuenta, el primero de Little Richard y los dos primeros de Elvis se pegarían de tortas con este "Chuck Berry Is On Top".
Abrazos.
Imagino las caritas de aquellos adolescentes que por primera vez pinchan este disco...esto fue un auténtico impacto en la música popular del siglo XX. Un hecho histórico que valdría la pena reflejar en cualquier libro de historia. El rock and roll se carga de una fuerza y vigor capaz de estimular otras actitudes adormecidas por el blando rythm blues de la época en radios comerciales. La propia estructura de los temas, el riff introductorio como enganche y esos solos que no pierden vigencia. Sigue estando "on top" para mí. Saludos
ResponderEliminarUn hecho crucial, Antonio. Por supuesto, el tercer disco de Berry sigue arriba del todo. Gracias por tu jugoso comentario.
ResponderEliminarUn abrazo.