La radicalidad disruptiva que la obra de Miles Davis adquiere a finales de los años sesenta ya está incubando en las excepcionales grabaciones que el trompetista y su famoso segundo quinteto dejan registradas entre 1965 y 1968. E.S.P., la primera de ellas, pone el listón tan alto que solo podrá ser igualada, nunca superada, por discos como Miles Smiles o Nefertiti, asimismo piezas magistrales de dicho quinteto. La libertad musical que se respira en E.S.P. va más allá de la que, en términos de jazz modal, establecía Kind Of Blue, tendiendo a una abstracción sonora escenificada por unos intérpretes absolutamente explosivos.
El tema que da título al resto del elepé hace que éste comience frenético dirigido por una base rítmica tan veloz como elegante (Ron Carter y Tony Williams). Wayne Shorter, su compositor, realiza un buen solo con su saxo tenor, si bien son los soplidos furibundos de Davis los que protagonizan el corte antes de que una breve pero sentenciosa improvisación de Herbie Hancock ponga fin a los hallazgos individuales. El motivo de Eighty-One, escrito por Carter y Davis, remite en su cadencia al boogaloo, el pop e incluso la bossa nova. La trompeta del autor de Milestones realiza un solo muy sugerente que es respondido por dos bellas intervenciones de Shorter y Hancock, quien, como señala con tino Bon Belden, hallará aquí la inspiración para Maiden Voyage. Little One es una espléndida balada compuesta por el pianista de Chicago (y retomada en su mencionado álbum) en cuyo lento discurrir Miles Davis se mueve como pez en el agua. Las exploraciones que éste y Wayne Shorter llevan a cabo son particularmente sugestivas, si bien las hilvanadas por Freddie Hubbard y George Coleman en la versión de Maiden Voyage —solo dos meses después y sostenidas igualmente por el contrabajo de Ron Carter y la batería de Tony Williams— merecen también el sobresaliente. R.J. es un tema muy rítmico que no llega a los cuatro minutos (el más breve con el que nos topamos), sólido hard bop de la cosecha de Ron Carter. Agitation (Miles Davis) se abre con un largo solo de Williams que sirve como prólogo a un corte con mucho bebop en su interior, especialmente en la improvisación de Davis, y un Herbie Hancock brillantísimo en el diálogo con su teclas. La segunda composición de Wayne Shorter, Iris, es, a su vez, la segunda balada del trabajo, en la que el grupo rebosa sensualidad y sensibilidad, bien sea en las cálidas maneras del saxofonista, Davis y Hancock o en el sobrio y certero acompañamiento de la base rítmica. Mood (Carter, Davis) se mantiene en el ámbito de los sentimientos para poner extenso y soberbio colofón a E.S.P. La sordina del trompetista se adueña del sonido y logra que su solo sea más profundo y romántico, aunque Shorter y Hancock sepan arrancar a sus instrumentos sensaciones de pareja hermosura que remiten inmediatamente a la laxitud melancólica que inundaba el citado Kind Of Blue.
Coproductor junto con Teo Macero de aquella obra maestra, no sería justo olvidarnos del nombre de Irving Townsend, aquí encargado único de los controles y responsable de la nitidez acústica que posee el disco. Un valor a añadir a su excelente acabado, pues bien captada su musicalidad se multiplica y sirve para que cada uno de sus matices sea recogido con fruición por el oído atento e interesado. Un elepé indispensable de un quinteto que acompañó a Miles Davis en su camino hacia la renovación total del jazz y de la música popular en general.
Este segundo quinteto de Miles Davis bien podría ser el mejor combo de la historia (y no solo del jazz sino de "la música popular en general"): audaz, inventivo, con la sensibilidad a flor de piel (y de instrumentos),...
ResponderEliminarGratitud eterna -como oyente- para estos músicos y lo mismo -como lector- para el señor escritor. Un abrazo.
Sin duda, Agente, la capacidad del quinteto es impresionante, a un nivel que no llegó casi nadie. Gracias a ti por tus elogiosas palabras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Espero escucharlo pronto, aunque generalmente recurro a la biblioteca pública para este tipo de álbumes y sus recursos en el género son ínfimos. En cuanto a internet es dificil encontrarlos, pero aún así lo buscaré...
ResponderEliminarUn abrazo.
Este disco del genio no le tengo controlado, a ver si le puedo meter mano en vinilo.
ResponderEliminarAbrazos.
En YouTube lo tienes completo, Aurelio. Una maravilla absoluta.
ResponderEliminarSi lo quieres, ya sabes, Savoy.
Un abrazo.