lunes, 10 de febrero de 2020

Not For Nothin'


Marcado de por vida por su participación en In A Silent Way y Bitches Brew —las dos grandes obras maestras de Miles Davis—, Dave Holland tiene una amplia discografía en solitario que va de principios de los setenta hasta nuestros días. Not For Nohin' (2001) es su primera referencia de este siglo y se deja escuchar con gusto. Al igual que su antecesor, Prime Directive, nos hallamos ante un álbun de generoso minutaje, idénticos intérpretes y nueve temas, de los cuales cinco son de Holland y los otro cuatro se los reparten, respectiva y democráticamente, Chris Potter (saxos), Robin Eubanks (trombón y cencerro), Steven Nelson (vibráfono y marimba) y Billy Kilson (batería). Post bop, jazz fusion o world music son las etiquetas que me vienen a la cabeza para clasificar los sonidos del Dave Holland Quintet, géneros o subgéneros que pueden oler a blando y precaver al amante de formas más radicales y menos complacientes. Global Citizen, el primero de los cortes, marca las pautas: la amabilidad de las música no es incompatible con la elegancia y la calidad de las armonías y las improvisaciones, si bien el riesgo y la ferocidad del bebop, el free jazz y el periodo eléctrico de Davis están ausentes. Melodías evocadoras, solos labrados con habilidad y profesionalidad bien entendida son lo que nos vamos encontrando conforme se suceden las composiciones, destacando las aportaciones de Holland y Potter, para mi gusto por encima de las del resto. Reelaborada y extendida para el siguiente trabajo de Dave Holland, What Goes Around (que asimismo le dará título) es la pieza de mayor tensión y duración de Not For Nothin', momento álgido de un buen disco que sufre si lo comparamos con lo que a la sazón estaban haciendo, por ejemplo, Markus Stockhausen o François Carrier, o directamente se hace añicos si lo hacemos con los dos elepés citados en los albores del este texto; pero que se puede disfrutar si desechamos los cotejos destructivos.

2 comentarios:

  1. He estado escuchando recientemente el "The song of singing" de Chick Corea en el que Dave Holland participa como miembro destacado en varios de sus temas. Me ha quedado un regusto de gran intérprete, de ese pequeño montículo del iceberg que no llega a la cumbre pero que sostiene todo el entramado, ese tipo de músicos que tanto en solitario como formando parte de otras bandas tienen y marcan su sello propio. Le seguiré más la pista.
    Abrazos,

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  2. No he escuchado el disco de Corea, pero dices bien de Holland, es un intérprete de alta alcurnia, un maestro del contrabajo. Este disco que comento no es indispensable, pero tiene sus cosas.

    Abrazos.

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