Concluida la carrera de Malconsejo con el espléndido Vivir bajo el agua, Santi Campos cambiaba de ciudad y se trasladaba a Madrid con la intención de iniciar un trayecto en solitario que dos décadas después se significa como uno de los más brillantes del rock en castellano. Bien estrictamente a su nombre, al de Campos y Amigos Imaginarios o Herederos o como Amigos Imaginarios (banda que fabricará tres discos), el músico segoviano ha construido un cancionero personalísimo que, embadurnado de miedos, tristeza, fragilidad y cobardía, comenzaba en 2002 mediante Pequeños incendios.
Se percibe desde que el trabajo arranca En penumbra una querencia folk en el arropamiento y acompañamiento de los temas a la que St#2 suma la del country. Balada para un cuerdo ejerce de epítome de las obsesiones de Campos, respaldadas por un magnífico y emocionante trabajo instrumental. Folk rock que debe bastante a Neil Young, el de Si nada cambió se desliza hacia el pop en su estribillo, cosa que también hace St#3 en un tempo más lento y sufrido. Despierta la imaginación está dibujada con trazo naíf que contrasta con el tono crepuscular que desprende Mi canción de humo, mensaje de ayuda a la persona amada:
Sigue narrando Campos las penas de su alter ego en Un ángel enfermo, los ecos de Young de nuevo en una composición que explota en su último y exultante tramo. Nana (para ahuyentar el miedo) lleva su pop folkie en el título, si bien no duda en añadir una deriva eléctrica en su desarrollo final. Folk y rock pantanoso se alían en Palabras, corte contundente y previo a Como un hielo en el sol. El undécimo y más largo fuego del álbum pone fin radicalmente existencialista y negativo ("Me fundiré como un hielo en el sol") ayudado por una música espléndida que no cauteriza ni hace menos desolador el viaje a los infiernos de su autor pero que lo expone con inquebrantable belleza. Grandes o Pequeños incendios que nunca han abandonado a Santi Campos, aquí se muestran ya muy notables, lo que no obsta para afirmar que los habrá mejores e incluso más vanguardistas. Cualquiera que bucee en este blog podrá dar fe de ello.
Por estos lares se le menciona por Amigos Imaginarios, Tiene su gracia. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarCon los Amigos Imaginarios grabó cuatro discazos (incluyo también "El invierno secreto"), Carlos Augusto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Conocí la música de Santi Campos después de este disco, en la segunda década del siglo en curso, pero desde el minuto uno me gustó. Gran letrista, cristalino en el decir y sonar, desde luego un gran artista que merece más fortuna.
ResponderEliminarUn abrazo.
Falsa alarma, he creído encontrar el algún libro del amigo Boullosa referencia a Santi Campos, no way.
ResponderEliminarEs igual ,esos versos tan contundentes del artista segoviano, parece que bajan a plomo, como lo hacen esta tarde las nubes, me han llamado poderosamente la atención.
A veces la primavera se perpetua.
Abrazos,
Yo le conocí cuando Malconsejo publicó el disco que cito en la primera línea, Jorge. Estamos totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarNo sé si a Boullosa le gusta Santi Campos, Javier. Suelen bajar a plomo sus versos en general, si te pones con Campos tienes mucho trabajo y deleite por delante.
Un abrazo.