lunes, 7 de marzo de 2016

Meditations


Descendiente espiritual, conceptual y musical de A Love Supreme —nada nuevo descubro al afirmarlo—, Meditations recupera las cualidades más íntimas de John Coltrane un año después de grabar aquella obra descomunal y entrar en un periodo de radicalización free del que saldrán en unos cuantos meses —publicadas o no en vida del saxofonista— piezas tan abrumadoras e inclementes como Ascension, Om o Kulu Sé Mama. Al cuarteto clásico de Coltrane se suman —una jornada de noviembre de 1965— Pharoah Sanders y Rashied Ali, encargados de doblar la potencia ya de por sí devastadora del autor de Crescent y Elvin Jones.


Explícitamente religioso, The Father And The Son And The Holy Ghost supone uno de esos ataques extensos y angustiosos, de intensidad indescriptible, a los que acostumbra el último Trane. La forma de fanfarria de la que hace gala es llevada a la disonancia extrema, defendida por todo el sexteto pero protagonizada por los solos lancinantes que, surgidos de los más recóndito y esencial de su ser, profieren Coltrane y Sanders cada uno por su canal. Compassion es la llamada yuxtapuesta a la calma que completa la cara 1 del elepé original, hermosa pieza en la que lleva el peso el piano de McCoy Tyner. Jimmy Garrison y su contrabajo nos introducen en Love y la segunda mitad con una serenidad que, si no desdicen, matizan Coltrane, Tyner, Jones y Ali, pues no es el amor un camino de rosas o un paraíso. Sin solución de continuidad, Consequences retoma la violencia sonora para que Sanders y Coltrane retuerzan sus saxofones apoyados por la estruendosa base rítmica. El tema, sin embargo, muta en su tercio final y deja que sea un McCoy Tyner sublime quien lo suavice y entronque con Serenity, breve coda que apela al sosiego en su título pero que esconde una extraña inquietud en su puesta en escena.


Aunque Jimmy Garrison seguirá colaborando con John Coltrane hasta la muerte de éste, Meditations será la última ocasión en que Elvin Jones y McCoy Tyner lo hagan, quedando el álbum como muestra postrera de la colaboración entre los cuatro intérpretes. Un cuarteto que, solo o aumentado, dejará una discografía —añadan a las nombradas las grabaciones con Duke Ellington y Johnny Hartman o Sun Ship y Transition— en la que el trabajo hoy propuesto no desentona y a la que parece imposible encontrar parangón. Y, créanme, no hablo solo de la historia del jazz.

4 comentarios:

  1. Bufff Coltrane... mucha calidad.

    Abrazos.

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  2. Uno de los pocos discos que pude poner en el a medio instalar equipo durante estos caóticos días fue el "A love supreme" de Trane. Lo tomé como una especie de sortilegio divino (el aspecto religioso fundamental, como bien dices en la entrada)para que la nueva andadura estuviera repleta de buenos momentos y guías espirituales como el gran Trane.
    Abrazos,
    JdG

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  3. Con una guía como la de "A Love Supreme" te esperan años muy especiales en la nueva casa. Este "Meditations" también te puede matar de gozo.

    Abrazos.

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