Nacido de las cenizas de Vanilla Fudge, Cactus fue uno de esos supergrupos de principios de los setenta de los que se habla poco pero que cuando uno escucha no tiene más remedio que reivindicar estentóreamente. Carmine Appice y Tim Bogert, base rítmica de la banda neoyorquina, unieron fuerzas durante un breve periodo de tiempo con Jim McCarty (guitarrista de los Detroit Wheels y Buddy Miles Express) y el mítico Rusty Day (cantante y armonicista de los Amboy Dukes famoso por haber sido candidato a sustituir a Bon Scott en AC/DC tras su muerte y asesinado en 1982 sin que nadie haya sido condenado por ello) para grabar tres elepés imprescindibles (habría un cuarto sin McCarty y Day a bordo). De One Way… Or Another y Restrictions hablaremos otro día, pues hoy nos vamos a centrar en su homónimo debut de 1970.
Abre Cactus una versión furibunda del Parchman Farm —original de Bukka White posteriormente arreglado por Mose Allison— que ya se apropiara Blue Cheer en su primer y esencial plástico, Vincebus Eruptum, y que en manos de nuestro cuarteto deviene frenético boogie-woogie. My Lady From South Of Detroit es una buena balada a la que sigue un blues rock vacilón que canta al Bro. Bill. El delicioso You Can't Judge A Book By The Cover de Bo Diddley (escrito por el ubicuo Willie Dixon) es alargado, ralentizado y endurecido por Cactus con el fin de dar con una lectura salvaje que esconde exhibiciones instrumentales de los cuatro miembros, en especial de un McCarty y un Appice que muerden guitarra y batería respectivamente. Rock and roll canónico, el de Let Me Swin hará mover el esqueleto hasta el más soso del guateque antes de que No Need To Worry y su blues arrastrado nos hagan pensar, por duración, tempo y sonido, en otro lamento lento y sensacional que ese mismo año daba a conocer Led Zeppelin: Since I've Been Loving You. Vuelta al boogie y a la marcha, Oleo sirve también para que Appice y McCarty hagan retumbar timbales y cuerdas. El hard rock progresivo de Feel So Good pone fin al elepé incluyendo un solo de Carmin Appice que domina el tema aunque a mí no se me hace pesado. Un disco excelente cuya calidad refrendarán los dos siguientes previamente a la marcha de Rusty Day y Jim McCarty y la posterior disolución de Cactus en 1972, un año antes de que Lynyrd Skynyrd, Montrose y Aerosmith debutaran. Busquen ustedes las concomitancias sureñas y distorsionadas.
Perfecto. trataré de oirlo. Por cierto ¿tienes problemas para poner el audio o el video del disco?
ResponderEliminarSaludos desde Brasil
Ahí tienes un enlace para escucharlo completo, Ali. Un abrazo.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=JSrfCFH1JP0
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ResponderEliminarBuenísimos Cactus; unos auténticos pioneros perdidos en el túnel del tiempo. Desafortunadamente se reivindican muy poco ése tipo de artistas que deberían de ser iconos esenciales del género.
ResponderEliminarHola, Jep. Así es, un grupo del que se habla poco muy injustamente. Un gusto tenerte por aquí.
ResponderEliminarFíjate Gonzalo que hace años escuché bastante a este grupo y sin embargo lo dejé en el olvido sin motivo justificado. Me alegra mucho esta reseña en la que me refrescas la memoria además de ofrecerme información sobre los miembros de la banda que desconocía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los tres primeros elepés con la formación original son la bomba, Addi, vuelve a pinchar a Cactus sin dilación, es un grupo de los tuyos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como bien dices un auténtico supergrupo, bendecidos además con la impronta de un estilo poderoso, sin fisuras, contundente. Creo, ya que mencionas la coincidencia de su "Parchman Farm" con la versión de Blue Cheer, que hay cierto paralelismo entre ambas bandas, protagonistas ambos del sonido realmente duro americano de los 70, BC más martillo pilón, Cactus más en plan soldador, repujando más el resultado final. Muy bien en reivindicar a este grandísimo grupo.
ResponderEliminarAbrazos,
Buena descripción comparativa del sonido de Blue Cheer y el de Cactus. Sí, no hay que olvidarse de bandas como Cactus jamás, que si no se acaban colando en nuestras vidas auténticas medianías sin inspiración que viven del plagio cutre. He dicho.
ResponderEliminarUn abrazo, maestro.
Hola Gonzalo, gracias por este bombazo!!
ResponderEliminarDe nada, que lo disfrutes, Claudio.
ResponderEliminarUn abrazo.