¿Por dónde empezar? Siempre que he pensado en escribir sobre Street Hassle (1978) me ha asaltado esa cuestión, retrayéndome de hablar sobre uno de mis discos favoritos de Lou Reed. ¿Por el hecho de que se trata del primer álbum que utiliza el sistema de grabación biaural? ¿Por que mezcla temas en vivo registrados en Alemania y retocados en el estudio de Nueva York con otros grabados en dicho estudio? ¿Por la aparición sin acreditar de Bruce Springsteen, al igual que en otro plástico esencial de aquel año, el dictatorial Bloodbrothers? ¿Por dónde?
Gimmie Some Good Times abre aludiendo a Sweet Jane tanto en lo musical como en lo literario, una buena canción que es mejorada por Dirt, o la agresividad hecha rock and roll durante cerca de cinco minutos. Hasta aquí, todo normal si lo comparamos con Street Hassle, el corte central de la función. Suerte de suite dividida en tres partes (en la tercera es donde se escucha al autor de Born To Run), hablamos de una pieza dominada por las cuerdas, con una mínima percusión al final y de casi once minutos, y protagonizada por la muerte, la marginación y la oscuridad.
La segunda cara la inicia el funk velvetiano y vacilón de I Wanna Be Black. Más Velvet Underground en Real Good Time Together, versión esquizoide de lo que en la banda de Reed había sido pop de matriz rocanrolera. El rock aguerrido de tendencias disonantes de Dirt vuelve a lucir en Shooting Star y Leave Me Alone (que ya conocía una lectura previa realizada, que no publicada, durante las sesiones de Coney Island Baby), temas ambos contundentes y espléndidos en los que brilla el saxo de Marty Fogel (acreditado Fogle por error), especialmente desquiciado en el segundo y recordándome a Steve Mackay en el Fun House de los Stooges. La suavidad cuasi naíf de Wait (aunque sus inclinaciones atonales la maticen) hace que Street Hassle termine con la tensión rebajada y complete un elepé formidable y peculiar —hijo de su creador, eso sí— al que me ha costado años acercarme para glosarlo por no tener clara la manera de enfocarlo. Queda resuelto, pues, a la espera de un impresionante doble en directo (Take No Prisoners) a finales del mismo año y un The Bells que culminará la década con otra composición larguísima y extraordinaria en su interior que, asimismo, dará nombre al trabajo completo.
Soy más del primer Reed, el inmediatamente posterior a la disolución de la Velvet, y este "Street Hassle" me parece el mejor canto del cisne de esa época. De la siguiente, a partir del "The Bells" que comentas, tengo bastantes menos escuchas y, en consecuencia, una opinión que creo menos valorable.
ResponderEliminarEste "Street Hassle" es un disco fundamental en su carrera, consolida a Reed como el más brillante cronista urbano de la época y, de alguna manera, anticipa el imbatible "New York". Recuerdo que por aquella época, cuando compré el disco, estaba colgado con las películas de Morrisey ("Trash", "Flesh"...) y asociaba esa imagen de la ciudad desquiciada con este disco de Reed.
Abrazos,
Lo hemos hablado alguna vez, Javier, sé que eres del Lou Reed de los setenta, cosa que entiendo. En aquella década dejó una obra rompedora, pero siempre ha sido una artista esencial, incluyendo "Lulu", su último disco con Metallica. Muy de acuerdo con lo que dices de "Street Hassle", cronista urbano y uno de los cuatro o cinco nombres clave de la historia del rock.
ResponderEliminarUn abrazo.
excelente disco de uno de mis heroes, muchas veces se habla que si lou hizo algunos discos mediocres , en realidad quitando cuatro es de una coherencia la obra de este genio
ResponderEliminarluego hay discos de lou como este , the bells o legendary hearts que si bien no son obras maestras son discos buenisimos que merecen ser mas reivindicados
estoy escuchando magic and loss haber si me acaba convenciendo al final y gustandome tanto como a ti
un abrazo
Es una obra extraordinaria la de Reed en su conjunto, Santi, aunque con alguna cosa menor. Yo creo que "Street Hassle" sí es una obra maestra, "The Bells" o "Legendary Hearts" no tanto, pero, por supuesto, hay que reivindicarlos. A ver "Magic And Loss", a mí me parece un disco soberbio.
ResponderEliminarUn abrazo.
También es uno de mis discos favoritos, tanto es así que es uno de los pocos discos de Reed que he reseñado. "Magic and Loss" es sublime y el primer disco que compré de Lou Reed hace tropecientos años.
ResponderEliminarUn abrazo.
Recuerdo tu brillante reseña del año pasado, Jorge. Adoro "Magic And Loss" igual que tú.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mis favoritos, de alguien que lo escuchó poco y salteado, son los dos primeros del 72 y New York. Recuerdo que me interesó el Magic and Loss pero no lo recuerdo. Tengo que escucharlo más por supuesto, Lou se lo merece.
ResponderEliminarA un amigo fan le encanta uno que eran 4 temas de 15 minutos cada uno. O eran una canción por lado del LP? Algo así. SALUDOS!
"Lou Reed" y "Transformer" me gustan mucho, JLO, pero "New York" lo considero el mejor disco de Reed y el mejor elepé de rock de los años ochenta. "Magic And Loss" es excelente de principio a fin. El álbum que dices es "Metal Machine Music", odiado por una gran mayoría y bendecido por unos pocos. Pura vanguardia noise.
ResponderEliminarUn abrazo.
Espectacular reseña de un fundamental. Siempre atrapado por "el funk velvetiano y vacilón de I Wanna Be Black". Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Juanjo.
ResponderEliminarUn abrazo.