Cinco temas en vivo, tres grabados en habitaciones de hotel (aunque The Road yuxtaponga una parte en directo a la registrada en el Cross Keys Inn), uno en un autobús y otro entre bastidores conforman este impecable y mítico disco de Jackson Browne que abre y titula una de sus canciones más populares, Running On Empty. Publicado a finales de 1977, el disco ofrece rock americano repleto de emociones e imágenes que inmediatamente asociamos con el país de Abraham Lincoln.
Hecha de nostalgia, carretera y grandes espacios (externos e internos), la primera de las seis composiciones de Browne (en solitario o con ayuda) está pensada para llegar al corazón del oyente sin caer en la vulgaridad o la comercialidad excesiva. A Running On Empty le sigue The Road, hermosa versión de Danny O'Keefe que pasa del folk recogido en una habitación al más expansivo sobre las tablas, aunque el referente constante sea el violín de David Lindley. Rosie logra enternecernos gracias al piano y la voz de Browne. Love The Thunder sigue el patrón del primero de los cortes si bien en ella encontremos una dosis importante de country rock. Volvemos al folk, a las lecturas de temas ajenos y al violín de Lindley por vía del Cocaine de Reverend Gary Davis, estupenda adaptación que se antepone a la melancolía de Shakey Town, aportada por el guitarrista solista de la función, Daniel Korthmar. Love Needs A Heart proporciona el pop romántico que su título anticipa. Nothing But Time se mueve sin prejuicios entre el blues, el boogie-woogie, el folk, el pop y el rock and roll. La nostalgia se adueña definitivamente del álbum mediante The Load-Out (o la vida de los roadies, "Los primeros en llegar y los últimos en irse / Trabajando por ese salario mínimo") y —sin solución de continuidad— el Stay de Maurice Williams y sus Zodiacs, despedida de un trabajo —Running On Empty— en el que todo está en su sitio a pesar de la diversidad de lugares de los que proviene.
Un disco mítico, de los primeros LPs que me compré.
ResponderEliminarGracias
Mítico, así es, yo lo tengo en CD desde hace quince años más o menos.
ResponderEliminarUn abrazo, Alberto.
Uno de mis favoritos de Jackson. Hay mucho mar de fondo en esta obra. Su relación entonces con Joni Mitchell, ambos expresando en obras coetáneas ("Hejira" en el caso de la canadiense) su amor por la inspiración proveniente de la experiencia del viaje, desde California al este, la primera para coincidir con el "Rolling Thunder Revue" de Dylan, Jackson para seguir hasta Nueva York donde la esperaba una inmensa artista como Laura Nyro. Recogen el testigo de los beatnicks de los 50 y los trasladan a su música. Inmortales.
ResponderEliminarAbrazos,
Muchas gracias por el aporte, Javier. No sabía (o no recordaba) lo de la relación de Browne con Mitchell, pero, bueno, "Hejira" es un disco (discazo) que siempre está bien nombrar.
ResponderEliminarUn abrazo.