lunes, 4 de octubre de 2021

Mule Variations

El celebrado retorno de Tom Waits seis años después de The Black Rider llegaba a través de Mule Variations (1999), que abría explosivo mediante un Big In Japan en el que el bardo californiano se apoyaba en Primus. Rodeado por un montón de músicos que entran y salen (habituales de la causa como Marc Ribot, Ralph Carney, Greg Cohen o Larry Taylor entre ellos), Waits pare un álbum largo (doble elepé o CD sencillo) que, sin estar a la altura de las tres obras maestras consecutivas que en la década de 1980 sancionan el sonido por el que será definitivamente conocido, mantiene el oremus estético del de Pomona.

Tras abandonar el país del sol naciente y al grupo de Les Claypool, Lowside Of The Road desarrolla —somnolienta y pedregosa— el típico y personal lenguaje del autor de Rain Dogs, al igual que la primera balada de la función, Hold On; tono que, aun con diferentes arreglos e instrumentos, van a mantener las otras cinco que nos encontramos: House Where Nobody Lives, Pony (cuya delicada y peculiar puesta en escena hay que destacar, guitarra y pump organ de Waits, armónica de John Hammond y dobro de Smokey Hormel), Picture In A Frame, Georgia Lee y Take It With Me (o la más desnuda de todas).

Entre ellas se han sucedido la extensa, minimalista y de querencia lo-fi (y una de mis piezas favoritas) Get Behind The Mule; la transformación de Honky Tonk Women en Cold Water, coronada por un fantástico solo de Ribot; la experimentación concreta y atonal de la lynchiana What's He Building?; la melodía creciendo sobre la disonancia a la manera del creador de Swordfishtrombones en la espectral Black Market Baby; Eyeball Kid, o Tom Waits trayéndose el hip-hop y All Shook Up a su universo; la austeridad de Chocolate Jesus, como si se desarrollase en la fina línea que separa el boceto de la canción; el cruce de blues, rap y rock industrial que propone altiva, chulesca Filipino Box Spring Hog; y la emotiva despedida que se encarna en Come On Up To The House. Setenta minutos, los de Mule Variations, que sitúan, como siempre, muy alto el nivel de Tom Waits, moviéndose aquí entre el crooner dipsómano que fue en los setenta y el músico de vanguardia en el que se convirtió posteriormente. Chapó.


 

8 comentarios:

  1. No habiendo dedicado a Waits el tiempo que se merece (time waits for no one), "Mule Variations" es mi disco favorito suyo.
    Hoy le he dedicado un poco de tiempo a escucharlo (una vez más).

    Gracias

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  2. Yo no lo veo tan grande como "Swordfishtrombones" o "Rain Dogs", pero sí que me gusta mucho.

    Un abrazo, Alberto.

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  3. Fue tan larga la espera y habia tantas dudas cuando salió que el resultado final me provocó una inmensa sensación de alivio ... a mi me encanta en su faceta mas arrastrada, esa especia de blues arenosos extraños marca de la casa y que yo creo que nacen aqui para seguir luego en Real Gone (obra maestra de la ultima epoca, este si), Bad as Me o en Blood Money. No es un 10, pero es un 9.5 ;-). Abrazo ...

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  4. Sí, recuerdo muy bien cuando se publicó, J. También a mí me gustan mucho esos blues arenosos que dices. "Real Gone" es un discazo, aunque tampoco lo veo por encima de "Mule Variations", lo recupero estos días.

    Abrazos.

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  5. Tengo con Tom una laguna temporal que abarca más de una década, concretamente desde "Frank Wild Years" (1987) hasta "Boold Money" (2002). Durante esos 15 años dejé pasar su producción aunque, si me pongo a pensarlo con cierta frialdad, no creo que con ello me haya perdido al Tom real, un personaje extraordinario que ya dejó en su obra anterior la impronta de su carácter único. Bien está, de todas formas, reivindicar esta etapa para reforzar una trayectoria ejemplar.
    Abrazos,

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  6. Yo creo que el Waits definitivo es el de los setenta y los ochenta, pero su obra posterior es muy interesante, llena de grabaciones buenísimas.

    Un abrazo, Javier.

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  7. Llevo un par de años muy apegado a Tom Waits, tal vez a quién más escuchado en este tiempo. Y este disco que podría parecer de madurez es casi todo lo contrario, un estudio de inquietud musical brillante y que huye de conservadurismos, como bien dices: chapó.
    Abrazos

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  8. Nunca se ha apolillado Waits, así es, al contario de otros músicos que con los años se hacen más conservadores e incluso llegan a provocar vergüenza ajena. Larga vida a estas "Mule Variations" y a su autor.

    Abrazos.

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