jueves, 9 de junio de 2022

Free Form


Tres de los cinco músicos que cinco meses después grabarán el mítico debut de Herbie Hancok Takin' Off, incluido el pianista, están en esta excelente producción de Blue Note abanderada por Donald Byrd. Registrado el 11 de diciembre de 1961, no será hasta 1966 que Free Form vea la luz, hecho incomprensible si nos atenemos a la calidad aquí exhibida. Si en su primera mitad Byrd, Hancock, Wayne Shorter, Butch Warren y Billy Higgins bordan un hard bop exuberante pero atado a los cánones (dos temas más o menos rápidos de Byrd y una balada de Hancock resueltos sin mácula), es decir, lo esperable de un quinteto del trompetista a la sazón aunque interpretado mejor que nunca, en la segunda las cosas cambian para superar lo ofrecido por Royal Flush y The Cat Walk, grabados ambos también en 1961. French Spices ofrece jazz modal cercano al de Miles Davis con Shorter ejerciendo de John Coltrane al endurecer el sonido de su saxo tenor y Hancock y Byrd regalando solos brillantes y muy atmosféricos. Sus ocho minutos se van a los once en la declaración de intenciones que titula el elepé, que se ha hecho esperar pero que se muestra rotunda y extensa. Absolutamente convencida. No quiere Donald Byrd que el volantazo que ha dado Free Jazz al publicarse en septiembre le coja desprevenido y se lanza a la aventura free dando con una pieza sobresaliente de enorme creatividad en la que no puede ser casualidad que las baquetas de Higgins (asimismo en la obra maestra de Ornette Coleman) tengan especial protagonismo. Exquisito trabajo colectivo, aun resaltando la sonoridad del baterista, que habla de un Donald Byrd inquieto, pujante y capaz de sumar la vanguardia a sus inquietudes tradicionales e incluso de no aparecer en la portada de Free Form… al igual que Coleman había abandonado su cubierta. Los tiempos cambiaban y Donald Byrd respondía en paralelo sin rechazarlos y sin olvidar su pasado: siguiendo sus criterios e intuiciones. Lo que hacen los verdaderos artistas.

2 comentarios:

  1. (Frase inicial perfectamente rechazable...), bueno, en esta portada no aparece el bueno de Donald apoyando el torso en un modelo deportivo, ¿algún significado fuera de mi alcance...? ¡No!, "No quiere Donald Byrd que el volantazo que ha dado Free Jazz...", aquí puede estar una de las claves. Un artista que quiere seguir manejando el vehículo de su música, aunque sea por carreteras de un freejazz todavía poco transitadas.
    Mencionas el primer disco del gran Hancock, con los músicos que comparten esta grabación de Byrd, y es este otro motivo inapelable para adquirir esta grabación.
    Abrazos,

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  2. Pero ¿¡qué frase inicial era ésa!? Este disco de Byrd es una maravilla, Javier, fue un giro que dio (en las dos últimas piezas, como digo) que le sentó muy bien. Más adelante vendrá el Byrd eléctrico (siguiendo la senda de Miles Davis), pero ya se ve que mucho antes coqueteaba con la vanguardia.

    Un abrazo.

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