El que devendrá el mayor revolucionario del flamenco y el que lo había sido de la guitarra flamenca se juntaban justo antes de morir el segundo para realizar un doble elepé perteneciente, como se dice en el interior de la carpeta, "a la tradición del arte flamenco", si bien "una recreación personal de Enrique Morente y Agustín Castellón (Sabicas)". Une Nueva York-Granada (1990) cuatro ciudades (sumen Pamplona y Madrid a las dos del título, lugar de nacimiento del guitarrista, la primera, y estancia del cantaor, la segunda) en un quejío universal que reivindique la cultura flamenca de la mano de dos de sus máximos representantes. Y queda, además, como una fonoteca de los diversos palos del género servida con generosidad y todo el arte imaginable, despampanante el de Sabicas, jugándose la vida el de Morente, si hacemos caso al primer verso del soneto que le dedica Joaquín Sabina (igual que al guitarrista) en la funda de los dos plásticos. Decía adiós, o regalaba sus últimos acordes y rasgueos, el músico navarro siguiendo los deseos del andaluz, norte y sur de la península Ibérica en busca de la perfección formal, de la palabra última que compile y explique tarantos, soleás, fandangos, tangos, alegrías, bulerías, seguiriyas, malagueñas… Una obra maestra impecable que sobrevuela el océano desde Nueva York camino de Granada.
Buena esa... buscaré las canciones
ResponderEliminarHola, Alí: en YouTube lo tienes completo, a ver si te gusta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Acabo de hacerme con el "Un Encuentro" de Triana y el "Mediterráneo" del Serrat (el original estaba peor que el país) y, entre balda y balda, mis manos han pasado por discos de Morente, Camarón, Sabicas, Lole y Manuel...
ResponderEliminarQue gran definición esa del "quejío universal", también aquella que habla del encuentro norte-sur, de diferentes ciudades que intercambian climas y modalidades de interpretar la música. Granada, Nueva York, Pamplona, Madrid.
En esa mirada mestiza radica lo jondo.
Abrazos,
O sea que tus manos se han hecho flamencas por un rato, Javier. Este disco doble que comento es una joya, no dudes en comprarlo si puedes. Me quedo con esa última frase tuya ("En esa mirada mestiza radica lo jondo") antes de los abrazos que te devuelvo.
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