lunes, 12 de diciembre de 2022

West Bank Songs. 1978-1983. A Best Of

Quizá el único pero que podamos poner a este recopilatorio de la primera época de los Undertones sea que las treinta canciones seleccionadas para West Bank Songs. 1978-1983. A Best Of no sigan un orden cronológico. Ninguno más. La impoluta presentación del doble plástico en carpeta abierta, la portada inspirada en la de Aftermath, las notas de Mick Houghton y Michael Bradley, las fotografías del libreto y los preciosos vinilos burdeos y blanco respectivamente son magnífico continente para un contenido lleno de joyas encabezadas en lo artístico por Teenage Kicks.

Se merece párrafo propio la que fuera considerada mejor canción de todos los tiempos por John Peel. La frescura adolescente y ramoniana del tema que titula el epé con el que la banda irlandesa debuta en 1978; ese punk rock en el que hay ecos high energy y querencia power pop; la excitación y el chispazo del enamoramiento juvenil de una letra inequívoca ("Necesito emoción, oh, la necesito mucho"): todo empuja en la dirección correcta para que la composición de John O'Neill cantada por Feargal Sharkey se convierta en himno imperecedero a la altura de los mejores esculpidos por el cincel del rock and roll.

Pero, claro, hay mucho más entre el material extraído de esos cinco años que verán cuatro elepés, bastantes singles y el epé mencionado. Aunque la ordenación elegida intente evitar que se note, los Undertones que graban y publican en 1981 su tercer disco (Positive Touch)  son un grupo volcado en su filiación pop que pierde buena parte del gamberrismo e inmediatez de proclamas punk llenas de melodía como la eterna y comentada Teenage Kicks, You've Got My Number (Why Don't You Use It), Listening In, Jimmy Jimmy, My Perfect Cousin, Get Over You (remezclada en 2016) o Here Comes The Summer. A cambio el romanticismo desolador de Julie Ocean —una canción embriagadora— o la politización new wave, rara en el quinteto aun viniendo de Derry, de, vientos incluidos, It's Going To Happen, lugares sonoros donde medios tiempos hard (el espléndido The Way Girls Talk) o el funk crudo de True Confessions no tendrán cabida.

The Love Parade, Soul Seven (ambas en el cuarto y último trabajo de los Undertones antes de su retorno en este siglo) y Bittersweet (también registrada en el mismo periodo) confirman y amplían el giro de Positive Touch, soul blanco y pop new romantic que tendrá continuación en la carrera en solitario de Sharkey, vocalista que abandonará tras The Sin Of Pride y no estará en la formación que retome la causa en 2003 mediante Get What You Need. Historia que ya no nos atañe, pues estas West Bank Songs hablan de un lustro en lo que unos amigos sin demasiadas pretensiones de una mediana localidad de Irlanda del Norte nos regalaron, menos agresivos con el tiempo, una serie de temas fantásticos que este doble elepé de 2020 nos recuerda con alegría.

4 comentarios:

  1. Los Undertones, qué delicia. Siempre me han parecido la versión irlandesa de los Buzzcocks, y con todo merecimiento. También en su caso los dos mejores discos, los más frescos, son los dos primeros, pero supieron mantener el tipo y conseguir terminar su carrera con bastante dignidad.

    Lo único que no entiendo bien es ese extraño remix de "Get over you", para mí otra de las joyas de su repertorio, y que suena como una demo primeriza. Salvo eso la selección es impecable, aunque también es verdad que no había mucho más donde elegir.

    Saludos mil.

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  2. Muy justa la comparación con los Buzzcocks, Rick. Sí, los dos primeros son los mejores, pero también hay buenas cosas en los dos siguientes, como la magnífica "Julie Ocean". Añado a lo que dices de "Get Over You" su sabor New York Dolls (en cualquiera de las mezclas).

    Un gusto tenerte opinando por aquí, un abrazo.

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  3. Aun me sigue pareciendo un milagro la aparición y permanencia de una banda como Undertones en un espacio tan tenso y complicado como la Irlanda del Norte en la que les tocó vivir. Este hecho me sirve para considerarles como la antítesis de un sistema de violencia que tenía postergada a toda una generación de chavales, empujando a los más inteligentes a la opción de la música como antídoto.... y además representar su papel en el lado más chispeante, aturdido y gamberro. Todo un mérito para una banda irrepetible.
    Abrazos,

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  4. Habla de eso Bradley en las notas del disco, Javier: su música quería olvidar (al menos por un rato) la violencia que les rodeaba. Irrepetibles los Undertones, tal como dices. Ya solo por "Teenage Kicks" merecen un puesto de honor en la historia del rock and roll.

    Abrazos.

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