Los doce años que van de Siempre te diré que no a No cambies siempre (publicado a finales de 2015 en CD y a principios de 2016 en vinilo) significan la transformación de la formación original de Señor No, con Xabi Garre como nexo innegociable, pero no que entre su cuarto y quinto trabajo en estudio el grupo vasco no haya disfrutado de vida discográfica o sobre las tablas, ¡faltaría más! Un álbum en directo (Señor Sí), otro como banda de apoyo de Roy Loney y singles compartidos con el propio Loney, los Sewergrooves, los Capaces y Nuevo Catecismo Católico nos hablan de un cuarteto que no se ha estado quieto a pesar de la precariedad de su negociado y la tremenda crisis inmobiliaria que destrozó el país en 2008 (y que, como la actual del coronavirus, afectó a sectores de todo tipo).
Más cerca de Detroit y MC5 que nunca, Inherente es el arranque salvaje de un elepé en el que Señor No demuestra que la evolución encarnada en ciertos matices no le hace perder energía. Guiada por la batería imparable de Fosy (nunca se puede olvidar al gran Andoni Etxebeste pero se logra), la primera de las canciones navega frenética por los mares high energy, con el añadido entremedias del saxo stoogiano de Spencer Evoy. Emoción descarnada, la de Como una pompa de jabón, además de flirtear con los Hellacopters de Grande Rock, nos recuerda lo magnífico y poco amigo del optimismo letrista que es Xabi. Deja éste a un lado la guitarra y se atreve con el sitar en Flores, rock psicodélico en el que la base rítmica de Fumai y Fosy tarda en entrar para, entonces, dominar la función. The Great State Of Misery es una versión de Big Sandy And His Fly-Rite Boys que no olvida su origen western swing y rockabilly aunque desde la perspectiva punk de los autores de No me hables. La primera cara termina con P.U.M.C.A., rock clásico con maquillaje pop y coros de Tod Tomorrow y Dogo, a quien vamos a volver a encontrar en el otro lado de este plástico estupendamente editado por Folc Records.
Arden las guitarras de Xabi y Jorge Colldan en A veces no, espléndido single de adelanto (acompañado de la citada Como una pompa de jabón) al que se yuxtapone Whisky, putas y humo, violento instrumental marca de la casa. Lo prometido es deuda, así que aquí está Dogo cantando el Qué bien me lo paso que ya hiciera en 1991 con Los Mercenarios: Sevilla y Donostia unidas por el rock and roll. Da título a No cambies siempre el tema que echa el telón dividido en dos partes y con piano (esencial el de Rafa Aceves), trompeta y violonchelo invitados. La primera es veloz y potente y está preñada de swing, la segunda juega al réquiem o a la elegía rompiendo con todo lo que le ha antecedido, no solo en la composición que completa y que a mí personalmente me llega muy hondo.
hastiados, cansados —perdida la esperanza incluso en tiempos de felicidad— pero con la música de Señor No acompañándonos hasta el último de nuestros días. No cambies nunca, "no cambies siempre".
También en el sello Folc conseguí el único trabajo que tengo de los donostiarras, "Siete Veces No". Creo recordar que a parte de la banda los vimos actuar como grupo de acompañamiento de Cheetah Chrome, en el Ruta 77, y que tenemos pendiente, si nos deja el puto bicho, el primer bolo que se anuncie de Señor No en Madrid.
ResponderEliminarAbrazos,
Esta reseña me viene de película, pues la verdad es que tengo un poco olvidada a esta banda que sonó mucho en otros tiempos por estos lares.
ResponderEliminarGran reseña de una banda de primera y con solera.
Abrazos
"Siete veces no" es otro gran disco, Javier, en Folc tienen buen gusto. Vimos al grupo al completo con Cheetah Chrome en 2015, qué bien lo pasamos. Esperemos poder ver pronto al cuarteto vasco, sí.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jorge, creo que este disco no te defraudará.
Abrazos.