lunes, 13 de diciembre de 2021

Little Girl Blue

Little Girl Blue o Jazz As Played In An Exclusive Side Street Club. Cualquiera de los dos títulos vale para el debut de Nina Simone (grabado en diciembre de 1957 pero publicado en febrero de 1959), un excelente disco donde ya encontramos las características que sustentarán el discurso musical de la artista de Carolina del Norte. La pianista de formación clásica que acaba tocando jazz (y blues y góspel) —el racismo y los problemas económicos darán con esta suerte de cruce entre Bach y Duke Ellington— introduce su técnica impecable y exuberante en la música popular y fabrica un estilo único al que hay que sumar el dramatismo de sus interpretaciones vocales, marcadas por el dolor existencial de una mujer negra y sensible en un mundo machista, blanco y rudo.

Es precisamente el mítico Mood Indigo del maestro de Washington el que encabeza el trabajo. Poco tiempo hay para el swing, pues la tonada de Ellington da paso a tres bellísimas baladas, lecturas de Don't Smoke In Bed, He Needs Me y Little Girl Blue que encierran toda la melancolía y la clase de Simone. Love Me Or Leave Me deviene crucial por su improvisación, ya que en ella apreciamos el viaje del hard bop al barroco realizado con absoluta naturalidad y estableciendo unas maneras intransferibles. La deliciosa My Baby Just Cares For Me es quizá la grabación más famosa de Nina Simone, éxito tardío en 1987 —gracias a un anuncio— a la vez que Luka, Need You Tonight o I Wanna Dance With Somebody (hagan memoria). En el tramo final de la versión de Good Wait, primer instrumental de la rodaja, también reconocemos a la Simone ilustrada educada por las partituras y los conceptos de Bach, Chopin o Liszt. La cadencia hipnótica de Plain Gold Ring conecta con los ancestros africanos de los negros norteamericanos, representados aquí por una Nina Simone entregada a una tristeza lentamente devoradora. El You'll Never Walk Alone del musical Carousel que terminará siendo himno del Liverpool vía Gerry and The Peacemakers es tomado por la autora de Forbidden Fruit y transformado emocionantemente en el sonido que venimos comentando, camino del universo popular al culto y viceversa en el que no hay ni pretenciosidad ni impostura, solo una auténtica ambición creativa ligada a unas inevitables necesidades comerciales. Muy lógico, pues, que tras el segundo corte instrumental la pianista se acerque a George Gershwin y su ópera Porgy And Bess (lo hará de nuevo en futuras ocasiones)—adaptada a la sazón por Miles Davis y alabada por Arnold Schönberg— cantando maravillosamente I Loves You, Porgy.

Central Park Blues cierra el plástico con la pieza más larga y única original de tan sobresaliente función, punto de partida de quien no es ninguna principiante aun siendo Little Girl Blue su primer paso por el estudio. Acompañada de Jimmy Bond y Albert "Tootie" Heath al contrabajo y la batería respectivamente, aquélla que por el color de su piel, su sexo y su época lo tenía prácticamente imposible para desarrollar íntegra o parcialmente sus planteamientos arranca mediante la grabación glosada una trayectoria extraordinaria (en paralelo a una vida hartamente complicada). La de la GRAN Nina Simone demostrando que en contadas ocasiones sí se puede.


 

5 comentarios:

  1. A esta mujer habría que erigirla una estatua a la entrada del Capitolio, justo al lado de la de Abraham Lincoln. Lo reflejas en tu entrada. No es solo importante por su contribución musical, también lo es por su lucha en un país que, presumiendo de ser la primera democracia del mundo, ofrecía a sus ciudadanos más desfavorecidos la cara más oscura de la moneda.
    Abrazos,

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  2. Absolutamente, Javier, aparte de su sobresaliente aportación musical está su lucha, ella detestaba su país por el racismo asfixiante que en él se vivía. Democracia pero no para los negros.

    Abrazos.

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  3. Seguro que detestaba su país por el racismo asfixiante?. Si investigas un poco te darás cuenta de que muchas veces denunciaba cosas solo porque no era capaz de salirse con la suya.
    Puedes comprobarlo: Juilliard, autoexilio, negación de su condición sexual...

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  4. Aunque adoro a Nina este es un disco que desgraciadamente no tengo, algo que tengo que solucionar lo antes posible.
    Muy interesante las reflexiones extra musicales Gonzalo.
    Un abrazo

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  5. Manías, debilidades, excentricidades, inseguridades, mentiras… no lo niego, Nino, pero que detestaba los Estados Unidos por su racismo atávico e irreparable (hoy en día todavía existe) me parece tan cierto como que su marido la maltrataba.

    Pues ya estás tardando, querido Jorge. Me alegra que te hayan gustado dichas reflexiones.

    Un abrazo.

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