Es interesante este recopilatorio que GASA publicaba en 1995 tras finalizar su relación discográfica con Los Enemigos, relación de la que saldrán los cinco primeros elepés de uno de los grandes grupos del rock español. Si bien … Alguna copla de Los Enemigos tenía la clara intención de hacer caja y estirar los beneficios (no enormes) que al famoso sello nacido independiente habían dado los plásticos de la banda madrileña, su estructura siguiendo un orden cronológico resulta perfecta para pensar y sentir la evolución de los autores de Gas.
Representado por Florinda, Dono mi cuerpo y Complejo, el primer disco del grupo, Ferpectamente, es un divertimento que no lo dibuja estilísticamente, pero que engancha con su rock and roll desenfadado. Un tío cabal, sin embargo y aun sin ser definitivo, ya da con un sonido y unas peculiaridades líricas que en su surrealismo castizo perfilan con claridad lo que quieren Los Enemigos. El tema que le da título, John Wayne y Boquerón (aquí en versión single algo más larga) son la canciones elegidas como muestra de un álbum notable que se queda corto cuando entra en juego La vida mata, obra maestra de nuestros hombres que en esta antología defienden cinco composiciones: las soberbias Desde el jergón y Septiembre, quizá las dos mejores de la banda, la hard rocker Miedo, la jazzística e hispano-inglesa Nadie me quiere y la lectura calmada del Yo, el rey que clamaba eléctrica en Un tío cabal (las dos últimas solo en CD). Que el cuarto paso enemigo, La cuenta atrás, no fuera tan absoluto no significa que la calidad o las ideas hubieran huido, pues a nadie en su sano juicio se le ocurriría hablar de material menor si citamos el corte que lo abre y nombra, Brindis, Quillo (he vuelto a nacer) y El lado sano (de mi cabeza).
Tres piezas completan las dieciocho coplas que se nos ofrecen: la divertida y guitarrera A la hera, extraída de Sursum corda —el quinto en discordia—, la inédita Cuestión de pelotas (grabada en las sesiones de La cuenta atrás) y los Mosquitos Blitz registrados en memoria de Poch en El chico más pálido de la playa de Gros. Piezas quizá no tan brillantes (exceptuando la estupenda apropiación de Derribos Arias) pero dignas de Josele Santiago, Fino Oyonarte, Animal Pérez y los demás que por ahí dejan su arte. De vez en cuando no están mal los recopilatorios, oigan ustedes.
Andaba conduciendo por la A-6 de vuelta a casa después de un viaje por Galicia. No se porqué decidí parar en una área de servicio a menos de 5 kilómetros de casa (yo entonces iba sobrado de marcha...). Allí había una gran superficie (no recuerdo si era Carrefour, Continente, o la madre que la parió...), el caso es que aparco, entro y voy directo a la sección de discos (entonces vigente). Husmeo, arriba, abajo y encuentro el "La vida mata" de Los Enemigos con una pegatina en su portada de 2 x 1 (no recuerdo el otro disco que pillé...).
ResponderEliminarPor la edición del disco (GASA , 1990) han pasado más de 20 años y ese fue mi primer contacto con la banda de Josele.
Antes compraba cintas de Camarón en las gasolineras.
Abrazos,
¡Ay, esas secciones de discos de las grandes superficies! Un primer contacto insuperable, Javier, pues "La vida mata" es sin duda su obra maestra. Y lo de las cintas en las gasolineras y similares sí que es ya de otro mundo, en una tienda de barrio de Pamplona me hice con la casete del "Highway 61 Revisited" dylaniano; lo que yo no sabía en ese momento de 1989 es que se iba a convertir en mi disco favorito de la historia del rock. Y, sí, también con alguna de Camarón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como nunca he sido un gran fan de los madrileños, además de dos discos de estudio como son "La cuenta atrás" y "La vida mata", este recopilatorio es el que completa mi discografía de Enemigos.
ResponderEliminarDiscos para hacer caja como dices y que a algunos nos vienen bien.
Abrazos.
Confieso que ahí me has sorprendido, Jorge, creía que tenías a Los Enemigos tan arriba como yo. A veces los recopilatorios están realmente bien, sí.
ResponderEliminarAbrazos.