jueves, 5 de enero de 2023

Surfer Rosa

Producido por Steve Albini, el primer elepé de Pixies (Surfer Rosa, 1988) ya contiene con claridad el discurso musical que el grupo de Boston elaborará en tres discos más hasta separarse en 1993 convertido en referencia principal e ineludible del rock alternativo. Continuando una senda abierta por Hüsker Dü, Replacements o Jesus And Mary Chain, que a su vez se había alimentado del rock velvetiano, el high energy, el punk rock y el hardcore, Pixies es capaz de seguirla según parámetros particulares, ésos por los que cualquiera reconoce las canciones escritas por Black Francis y puestas en escena por éste, Kim Deal, Joey Santiago y David Lovering. Responden Bone Machine, Break My Body, Broken Face, Gigantic (cantada por Deal, que también colabora en su composición), River Euphrates, Where Is My Mind? (influencia descarada de cientos de temas posteriores: escuchen y cotejen con famosísimos éxitos de los noventa como Zombie o Creep), Cactus o un Vamos cogido de Come On Pilgrim (epé de debut de la banda) para alargarlo y potenciar sus ecos Stooges/Cramps/Gun Club —paramos por no citar los trece cortes del plástico—, a instintos de creación propios, a vaharadas de sonidos nacidos del rock and roll más crudo regurgitados en melodías, estructuras y alaridos de fabricación artesanal. Melodías, estructuras y alaridos que Doolittle, Bossanova y Trompe le monde ensancharán  hasta completar una primera etapa esencial e impoluta (la segunda y todavía viva no tiene comparación) cuyas bases había sentado este Surfer Rosa que ha envejecido magníficamente.


 

5 comentarios:

  1. Esos parametros particulares son la clave de esos primeros discos que suenan tan enormemente frescos y adictivos ... la segunda etapa no es intachable pero es digna. Saludos Gonzalo ...

    ResponderEliminar
  2. Me falta este su inicio para completar el magnífico cuarteto con el que sentaron cátedra como una de las bandas imprescindibles de la época. Ya llegará. Tampoco he seguido su etapa posterior. Tengo las velas del "Doolittle" completamente reavivadas.
    Abrazos,

    ResponderEliminar
  3. Sí, tienen una frescura increíble, J. La segunda etapa tiene cosas buenas pero podríamos pasar sin ella (o eso creo).

    Pues vas a gozar de lo lindo cuando te hagas con "Surfer Rosa", Javier.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Esa primera etapa que se consolida con este disco es clave en mi devenir como melómano y la amo profundamente. La segunda que ahora está en vigor me interesa más bien poco y por momentos, nada.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  5. Yo también veo un diferencia muy grande entes ambas épocas, Jorge. Esos Pixies de finales de los ochenta y principios de los noventa son perfectos y muy originales.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar