La trágica muerte de Elliott Smith tres años después de que viera la luz su último disco en vida en 2000 sobrevuela sobre cada escucha del exquisito Figure 8, pero no amplifica o desfigura sus estrictos valores artísticos. La misma sensibilidad que le llevó acabar tan horriblemente con su vida es la que sostiene las dieciséis composiciones que durante cincuenta minutos largos emocionan e incluso conmocionan al oyente amante del pop de raigambre beatle y extensiones. La existencia le dolía y le costaba, dolor y esfuerzo que se colaba en sus canciones, aunque paradójicamente (o no) haya en esta colección final (sin contar From A Basement On The Hill) más luminosidad, menos mal rollo que en anteriores. Lo que es indudable es que la musicalidad que despliega Smith es sobresaliente, casi apabullante, combinando la expansión multiinstrumental con la introspección acústica (como de costumbre haciéndose cargo de casi todo lo que escuchamos) sin que chirríe la alternancia o el vigor del álbum se vea afectado. Quizá un título tan genial como In The Lost And Found (Honky Bach), al que se suma la breve, psicodélica e instrumental The Roost, para conformar una sola pieza, nos dé una clave de las intenciones y logros de su autor, tratando de dotar a su power pop de las hechuras barrocas del autor de El clave bien temperado, enriqueciendo los temas con una enorme variedad de arreglos y sonidos. Una amplia gama de teclados, guitarras acústicas y eléctricas, cuerdas, bajos, baterías y alguna cosa más se empeñan con acierto en ofrecer el matiz que engrandezca la base desnuda, que vista las estructuras ya de por sí muy logradas. No hay entre Son Of Sam y Bye (espectral y frugal réquiem de piano solo que nos estremece especialmente al ligarlo con los hechos luctuosos que pondrán fin a los días de Elliott Smith) relleno alguno o flojera artística que valga: todo el trabajo demuestra la habilidad de su creador para, asumiendo las enseñanzas del pasado, dar una y otra vez con la canción redonda y el acabado exquisito y alcanzar el éxtasis sensorial de una obra maestra que responde a sus intenciones, a sus maneras y a su psique.
Siempre me ha dado la sensación de que de manera orgánica no debería encantarme la música de este autor, sin embargo tengo todos sus discos y me gusta mucho. Creo que esa especial sensibilidad, a flor de piel, dolorosa (para él) y según parece insoportable, hace de sus canciones cantos elevados y místicos. No diría que su mejor disco pero sí el más emotivo.
ResponderEliminarAbrazos.
No entiendo muy bien a qué te refieres con "de manera orgánica", Jorge. La verdad es que su obra completa es recomendable, pero quizá en "Figure 8" toque el cielo.
ResponderEliminarAbrazos.
Me refiero a que a primer bote siempre suelo acercarme a otros sonidos mucho más guitarreros, en cambio me fijé en Smith desde el principio. Me ocurre igual con The Jayhawks, siempre he pensado que no encjan conmigo. El caso es que son discos y artistas que he disfrutado y sigo haciéndolo y eso es lo importante.
EliminarUn abrazo.
Me extraña un poco, Jorge, pues sé que eres muy fan de los Beatles o de Big Star. Yo creo que en ti conviven, como en mí, ambas pulsiones, la punk/hard/garage y la pop/power pop; sé que me meto en camisa de once varas (no soy tú, obviamente) pero de todo lo que te he leído y conozco sí me lo parece.
EliminarUn abrazo, sea como fuere.
Cuánto hay para comentar de un cantautor, rodeado de misterio como Elliott Smith, pero capaz de llegar a un grueso de audición. Aun lo recuerdo en la película de Ben Affleck y Matt Damon, el repiqueteo de "me extrañas, señorita miseria". Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarHola, Carlos, gracias por pasarte y comentar. El misterio lo generaba su sensibilidad. Sí, recuerdo su música en la película de Gus Van Sant.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy lindo el comentario Gonzalo, me diste ganas de repasar este disco que no escucho hace añares, ya mismo lo estoy poniendo
ResponderEliminar"Muy lindo el comentario Gonzalo, me diste ganas de repasar este disco que no escucho hace añares, ya mismo lo estoy poniendo"
ResponderEliminarSoy Mariano! Me faltó aclarar eso! ajajaja un abrazo!
Me alegra que ye haya gustado, Mariano. Espero que la escucha haya confirmado las impresiones que a mí me produce el disco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es esta la única obra que poseo del artista americano. Además, para mayor déficit, hace mil años que no la escucho. Una imagen primera (valdría lo mismo decir un primer recuerdo...) se asemeja a un campo baldío, tipo "Waste Lands" de T.S Eliot, tanto es el poso de pesadumbre que me dejaron sus primeras escuchas, una suerte de hermosa desesperanza hecha música.
ResponderEliminarAbrazos,
Lo de la desesperanza es cierto, Javier, pero es mayor todavía en otros discos de Smith. Si solo has escuchado "Figure 8" te recomiendo varios más de su autor, prueba con "XO" o "Either/Or".
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gusta mucho Elliott aunque prefiero XO y Either/Or a este. Un tipo especial al que como dices le dolia la vida. Me has devuelto ganas de escucharlo de nuevo ...
ResponderEliminarPues yo casi prefiero "Figure 8", aunque los dos que citas sean excelentes. Muy especial y sensible, sí.
ResponderEliminarUn abrazo, J.
Claramente era mi disco favorito de Elliott Smith. Después de leerte siempre apetece escuchar lo que reseñas, y este llevo mucho tiempo sin hacerlo.
ResponderEliminarTambién el mío, Juanjo, es un disco excepcional.
ResponderEliminarUn abrazo.