La potencia con la que 16 Shells From A Thirty-Ought-Six abre el disco, estupendo solo de Marc Ribot incluido, habla de un Tom Waits feliz sobre las tablas en un elepé en directo (once canciones en vivo más una en estudio, Falling Down: no me refiero a la película ni a las versiones más extensas en CD y casete) salido de la gira promocional de Franks Wild Years, grabado en Los Ángeles y San Francisco y del que muy poco se habla. No son lecturas las 16 Shells…, Cold Cold Ground, Way Down In The Hole, Big Black Mariah, Rain Dogs, Train Song o Telephone Call From Istambul muy diferentes de las originales, pero sí que confirman el buen hacer de Waits, Ribot, Michael Blair, Greg Cohen, Ralph Carney y Willie Schwarz al transformar en sonido las personales ideas del autor de Swordfishtrombones. Es decir, no nos descubre Big Time (1988) a un Tom Waits nuevo o más arriesgado que el que admirábamos por su esencial trilogía de los años ochenta, la que sustenta el plástico, sino que nos reafirma en la belleza de una música que aquí viene a ser compendiada. O, por decirlo de otra manera, no se va a llevar sorpresas el conocedor de la obra del californiano si nunca ha catado este álbum y ahora se decide a hacerlo, pero tampoco se sentirá decepcionado ni lo escuchará menos de una docena de veces pues las composiciones que contiene no por sabidas dejan de ser magníficas. Y —además— el mencionado regalo en estudio no está nada mal.
Falling down es una de sus mejores "torch songs" sin duda. El disco es irregular si, pero como dices la muestra de su capacidad para llevar a escena el sonido de la superlativa trilogía del cambio. Alguna cancioncilla si que echo de menos :-). Saludos Gonzalo
ResponderEliminarQuizá hubiera sido mejor un doble elepé de una actuación completa (con esas canciones que echas de menos), pero el disco me parece realmente bueno.
ResponderEliminarUn abrazo, J.
A mi me gusta el disco, creo que era necesario subrayar la mentada trilogía con una toma en directo. Cierto que molaría un disco doble con más temas, pero a mi me gusta mucho tal y como está, con el añadido de estudio.
ResponderEliminarAbrazos.
Creo que, básicamente, estamos de acuerdo, querido Jorge.
ResponderEliminarAbrazos.
Siempre tengo pendiente a Tom en mis escuchas, algún día lo haré porque extrañamente me cae muy simpático. Debe ser por sus cameos cinematográficos o por esa canción en un compilado que es una delicia. Ahora la busco y te la paso... abrazo!
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=ql-Cusetm5w&ab_channel=ValeriaEchavarr%C3%ADa
EliminarYa estás tardando, JLO. Toda su discografía es recomendable, pero los tres discos que hizo en los ochenta ("Sworfishtrombones", "Rain Dogs" y "Franks Wild Years") son colosales y marcan su sonido definitivo. La versión que dices es una maravilla, cómo lleva Waits las cosas a su terreno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Recuerdo haber hecho una entrada del "Frank Wild Years" en mi época del javierfuzzy. La lectura por entonces del "Guignol´s Band" de Celine me sirvió como telón de fondo ambiental.
ResponderEliminarWaits es un artista que me gusta por el entorno que crea con su música. Su figura alta y destartalada, su voz de gárgaras, su carisma de artista humeante (lo imagino muchas veces en pequeños clubes llenos de humo de cigarrillos) ha dado siempre mucho juego.
Desde luego, esa trilogía que mencionas es absolutamente imprescindible.
Abrazos,
La novela de Céline no la he leído, pero conociendo sus dos primeros libros puedo deducir que el telón de fondo es perfecto. Lo bueno de Waits, además del entorno que dices, es que tuvo éxito con una música que no es precisamente fácil o comercial.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier.