Sin David Bowie produciendo ni regalando composiciones, Mott The Hoople mantenía las coordenadas y el nivel del magistral All The Young Dudes gracias al no menos soberbio Mott (1973). Y es que el elepé abre a lo grande mediante All The Way From Memphis, uno de los himnos definitivos del grupo inglés cuyos patrones rocanroleros lucen vestimentas glam y hard y el apoyo del saxo invitado de Andy Mackay. Partiendo de un riff que recuerda al de Ready For Love, la musicalidad de Whizz Kid debe lo mismo (si no más) al piano de Ian Hunter y al sintetizador de Morgan Fisher que a la guitarra de Mick Ralphs. Cuesta imaginar un disco de Mott The Hoople (o de Hunter en solitario) sin baladas, así que Hymn For The Dudes viene a corroborar nuestra afirmación. Para afirmar que la canción recuerda al autor de Hunky Dory no hace falta sino escucharla, aunque suene a Hoople por los cuatro costados, pero no viene mal constatar que los coros femeninos que la adornan están realizados por las Thunderthighs, tres mujeres que ya habían participado en Transformer, el álbum de Lou Reed producido por Bowie y Mick Ronson. Breve y festiva, Honaloochie Boogie cuenta por segunda vez con Mackay y su saxo tenor. Otro típico riff de la guitarra de Ralphs da comienzo a Violence, corte cercano al hard rock en el que destaca el "violín demencial", así lo aseguran los créditos con buen criterio, de Graham Preskett. Rock and roll de interludio psicodélico, el de Drivin' Sister carbura de fábula. Solo por su título podemos adivinar que Ballad Of Mott The Hoople es la segunda balada de la función, si bien bastante menos épica que Hymn For The Dudes, debido a su música y a una letra que incluye versos como "El rock and roll es un juego de perdedores". Cede Ian Hunter a Mick Ralphs las labores vocales y compositivas en la conjunción de I'm A Cadillac y El Camino Dolo Roso, rock muy de la época el primero, corte instrumental el segundo protagonizado brillantemente por las guitarras eléctrica y acústica de quien va abandonar la banda para fundar Bad Company. Cambia nuestro hombre la guitarra por la mandolina en la emocionante despedida que supone I Wish I Was Your Mother, donde la influencia de Bob Dylan sobre Hunter (inflexiones de la voz y cadencia en concreto) se hace patente, al igual que antes y después en su carrera. Noveno y último tema de un elepé espléndido de una banda que todavía, y ya sin Ralphs, grabará otro disco totalmente recomendable, The Hoople. Quien no la conozca (y no será porque aquí no hemos hablado de ella) que se ponga a hacer los deberes inmediatamente o su entendimiento del rock será limitado.
La fama del precedente, con la adición de Bowie a la ecuación, ensombrece este disco que efectivamente es excepcional. Esa colaboración del saxo de los Roxy es esencial y muy apropiada estilísticamente, tiempos de rock y glam.
ResponderEliminarUn abrazo.
"Quien no la conozca (y no será porque aquí no hemos hablado de ella) que se ponga a hacer los deberes inmediatamente o su entendimiento del rock será limitado"... de verdad que no se puede ser más pretencioso.
ResponderEliminarNo sé si eres consciente de lo mucho que nos queda a todos por aprender.
Para empezar esa pronunciación que gastas
Aprender un poco de humildad. Te hace mucha falta.
Señor Antonio,lo de "Quien no la conozca (y no será porque aquí no hemos hablado de ella) que se ponga a hacer los deberes inmediatamente o su entendimiento del rock será limitado".No hay que tomarselo al pie de la letra, hay que saber diferenciar la passion que pone el que escribe por este disco , no se esta metiendo directamente con los que no lo han oido. Yo por ejemplo no lo he oido, ni pienso hacerlo en lo imediato y tengo unos conocimientos de musico muy alto, aunque suene pretencioso.
EliminarMuchas gracias, amigo, la verdad es que no es mi intención meterme con nadie, es solo una forma de defender la (para mí) enorme categoría de Mott The Hoople. Cierto que las dos últimas frases de Antonio ("Aprender un poco de humildad. Te hace mucha falta") están totalmente fuera de lugar, son un mero ataque personal, pero, en fin…
EliminarEstamos de acuerdo, Jorge. Cierto lo de Mackay, su saxo suena fenomenal.
ResponderEliminarLamento resultarte pretencioso, pero a estas alturas no voy a modificar mi forma de escribir o de expresarme. Intento describir la música de la que hablo con el mayor rigor, entiendo que tú prefieras la superficialidad antes que entrar a valorar el contenido. Y por supuesto que me queda mucho por aprender, es lo que llevo haciendo estos trece años con el blog.
Abrazos.
La verdad es que me cuesta decantarme por culquiera de los tres últimos trabajos que Ian Hunter grabó liderando a los Mott The Hoople, dado que el nivel en todos es elevadísimo. Lo que siempre me llamó la atención son las dos portadas del disco. Yo poseo la edición americana, con la foto del grupo. Y por favor, Gonzalo. No dejes de escribir de la forma en que lo haces. Es tu seña de identidad. Un saludo.
ResponderEliminarLa verdad es que son tres discos fantásticos, Little Bastard. Yo también tengo la portada norteamericana. Muchas gracias por tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hace pocos meses me hize con las dos únicas obras clásicas que me faltaban de Mott, sus "Brian Capers" y "Wildlife", reeditadas recientemente en vinilo. También se reeditó en este formato el "Mott" que presentas aquí, con la portada inglesa, mucho más bonita que la americana, que es la editada en España y que mayoritariamente creo que tenemos todos.
ResponderEliminarEl disco es soberbio, no cabe añadirle más a la presentación que has hecho del mismo. Además, con esta banda siempre tiene uno la sensación de plenitud, de gozar desde el minuto uno hasta el final, tal es su aporte.
Abrazos y a seguir aprendiendo.
Hola camarada! Muy bueno el comentario. También, coincido en que todos los discos con I.H. son indispensable, pero si tengo que elegir UNO, también voy con este, con Mott.
ResponderEliminarTema del disco? Violence.
TEMAZO
Es verdad que la portada británica es mucho mejor, Javier. Muy bueno eso de la sensación de plenitud que aportas, así es. Seguimos aprendiendo, por supuesto.
ResponderEliminarQué temazo ese "Violence", querido Beefheart. Yo quizá elija "All The Young Dudes", pero "Mott" me gusta prácticamente igual.
Abrazos.
mott es un discazo del copon y si este disco deberia enseñarse en las escuelas en vez de tantas chorradas , mott tienen una discografia que tira de espaldas y tal vez el unico mal disco o el mas flojo sea madshadows y yo entre all the young y este mott me quedo con este ultimo , me fascina , me lo compre en todocoleccion y desde el primer momento me atrapo , una de las primeras ediciones, nada mas adoro a mott the hoople y a ian hunter
ResponderEliminarun abrazo
Sé que adoras el disco, Santi, ya los has comentado otra vez. Sería una magnífica asignatura la obra completa de Mott The Hoople, en especial "Brain Capers", "All The Young Dudes", "Mott" y "The Hoople".
ResponderEliminarUn abrazo.
Joer, observo por segunda vez que el tal Antonio te tiene enfilado. Ni por asomo debes modificar la forma de escribir o de expresarte. Bueno, sé que no lo harás, por lo que no haría ni falta recordártelo. Por cierto, nunca le he dado tanto valor a este trabajo discográfico, tendré que mirármelo. Abrazos y gracias.
ResponderEliminarAntonio no me quiere, Juanjo, ja ja ja. Joder, pues es un disco soberbio, estoy seguro de que te va a encantar.
ResponderEliminarUn abrazo.