El estribillo por antonomasia se va a repetir tres veces (con un pequeño cambio) en la más egregia de las canciones de Bob Dylan: Like A Rolling Stone. La caja (y el bombo) de Bobby Gregg anuncia seis minutos de órdago que solo serán single y parte de Highway 61 Revisited tras tomas y tomas hasta dar con la verdad musical según Zimmerman. Un sonido nuevo, una reinvención total del rock and roll, que pierde el roll por el camino y se lanza a la aventura de unos años, diría que ocho, en lo que todo está por descubrir. Armonía tonal que crece sobre acordes y notas juguetones que construyen un himno a la vez que lo discuten, como si coqueteasen con una disonancia que nunca llega a aparecer; una letra ya mítica y enardecida; la voz, la guitarra eléctrica y la armónica de Dylan, Mike Bloomfield también a las seis cuerdas, el bajo de Joe Macho, el órgano de Al Kooper (que deviene esencial), el piano preparado (el tack piano) de Frank Owens, las baquetas de Gregg y la pandereta de Bruce Langhorne: ahí tienen las claves, que no suficientes para explicar el milagro, la pura maravilla que surge inesperada pero necesaria de la asunción de la electricidad por parte de Dylan. Electricidad que ya había llamado a la puerta muy poco antes con la publicación de Bringing It All Back Home, del que la cara B roba Gates Of Eden, joya acústica y folk que nos recuerda que Dylan no ha dejado de ser un cantautor. Estamos en julio de 1965, amigos, y los tiempos sí que han empezado a cambiar. Girarán los Beatles, girarán los Beach Boys, vendrá la Velvet, vendrá Jimi Hendrix, llegarán la psicodelia, el high energy, el progresivo, el hard rock, el krautrock… todos a los pies de un genio que ha grabado la que para mí es la composición más hermosa jamás registrada, al menos sí de la música del diablo y sus extensiones hablamos.
Uno de esos temas maravillosos de la historia de la música
ResponderEliminarUn saludo
Para mí, Victor, el mejor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Poco (o nada) más se puede decir, tú lo has dicho todo y tan bien dicho que solo queda asentir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues mil gracias, Jorge.
ResponderEliminarUn abrazo.
Benditos enchufes .... que bien le sentaron .. a Bob y al mundo entero
ResponderEliminarFundamentales, J, qué sería de nosotros sin ellos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Leyendo el inicio del tema (bueno, más bien cantándolo...) he recordado al viejo Kerouac y a sus hobos cruzando de costa a costa el gran país americano. Creo que su lírica está intimimanete ligada con el ejemplo beatnick de algunos años antes (allá por el 57, cuando Jack publica "En el camino"). Dylan recoge ese mensaje y, progresando sobre los folkloristas tradicionales (Guthrie, Seeger, Ochs...) lo trasciende. Ya han pasado cincuenta y siete años desde entonces, y sigue sonando igual de bien. Bloomfield & Kooper tuvieron mucho que ver en ello, como apuntas.
ResponderEliminarAbrazos,
Totalmente de acuerdo con tu aportación, Javier, que ilumina mi entrada en el terreno lírico. Dylan ocupa un espacio único entre la vanguardia y la tradición, ahí está su genio. Cincuenta y siete años y creciendo, ¡bendita canción "Like A Rolling Stone"!
ResponderEliminarAbrazos.